Cathy, matona por aburrimiento

09 mayo 2024 18:43 | Actualizado a 10 mayo 2024 07:00
Álex Saldaña
Comparte en:

Judas, que traicionó a Jesús con un beso para identificarle ante sus captores, fue un precursor. Y es que el llamado ‘beso de la muerte’, herencia de aquel, es hoy una práctica mafiosa que consiste en señalar a una persona a la que unos asesinos deben matar. Una de las últimas personas en llevarlo a cabo ha sido Cathy Sénéchal, una mujer juzgada desde el lunes bajo la acusación de dar ese ‘beso de la muerte’ a dos hombres por encargo de la mafia corsa.

Ella, trabajadora de prisiones de Córcega, era quien podía identificar a las víctimas, ya que las había conocido en la cárcel. El crimen fue cometido en el aeropuerto de Bastia, en Córcega, el 5 de diciembre de 2017, cuando dos antiguos miembros de la banda ‘Brise de mer’, expresos en la cárcel donde trabajaba Cathy, se reunieron en el aparcamiento.

Entonces una mujer morena, alta y corpulenta se acercó a uno de ellos y le estampó dos besos, tras lo que dos hombres irrumpieron en la escena para ametrallar a los dos individuos. Al abandonar la zona, los criminales les dijeron a los testigos: «Tranquilos, estamos rodando una película».

No, no era una película; los muertos eran muy reales. A raíz del juicio, la figura de Cathy ha cobrado protagonismo. Tanto, que el 17 de abril se estrenó en Francia Borgo, un largometraje inspirado en su historia.

La mujer cayó fascinada por el mundo violento de la isla y llegó a introducir un veneno en la cárcel para acabar con un rival de sus nuevos amigos, aunque no llegó a utilizarse.

La apodaban ‘Cathy la Matona’. Pero lo que más me llama la atención es que se metió en ese mundo de violencia por el aburrimiento que le producía una vida con un marido depresivo y cinco hijos. Vale, lo del marido puedo llegar a entenderlo, pero, ¿cómo tenía tiempo para aburrirse con cinco hijos?

Comentarios
Multimedia Diari