La elección: pasado, tribunales o futuro

22 marzo 2024 19:50 | Actualizado a 23 marzo 2024 07:00
Xavier Fernández José
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Era de prever que el expresident Carles Puigdemont se presentase a las elecciones catalanas. Podrá ser muchas cosas, negativas o positivas, pero si algo domina es la estrategia. Tanto contra el españolismo como contra sus rivales del independentismo. Se le reprocha mucho que huyese escondido en un maletero mientras Oriol Junqueras permanecía en Catalunya y afrontaba la prisión. Pero el «exilio» o «fuga» de Puigdemont ha contribuido mucho más que la valentía de Junqueras a poner en entredicho el sistema judicial español. Las derrotas de los tribunales hispánicos en Europa se han sucedido una tras otra. En suma, fue mucho más coherente Junqueras, pero Puigdemont fue más dañino para el nacionalismo español.

Puigdemont quiere erigirse ahora como el ‘héroe’ que vuelve a casa, algo así como un Tarradellas del siglo XXI. Pero su regreso supone volver al pasado, a unos tiempos plagados de errores por uno y otro lado, en el que el empecinamiento en el ‘sí porque sí’ y en el ‘no a todo’ llenó de tensión Catalunya.

Frente a ese erróneo «lo volveremos a hacer» hay otra opción también equivocada: el tribunalazo, el trasladar la propia incapacidad política a unos jueces profundamente implicados en la defensa de un concepto decimonónico de la unidad de España. Es decir, que el problema lo resuelva otro, que los magistrados hagan política porque la mayoría de políticos, no todos, son incapaces de hablar sin insultarse.

Entre aquello de «cualquier tiempo pasado fue mejor» o la «la ley y nada más que la ley», que suena a venganza, hay otras opciones. No todo es blanco o negro. Hay que mirar al futuro, aprender de los errores y tender la mano. Los ciudadanos lo agradecerán.

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