«Tenemos bastantes palomas, se concentran sobre todo en la plaza de los Ganxets, y, por más que limpien, es imposible que no haya suciedad», explica la presidenta de la Associació de Veïns de Jardins de Reus, Amaia Magallanes. Recientemente, un vecino de la zona se puso en contacto con este rotativo para denunciar la acumulación de excrementos en algunos de los bancos públicos que dan a la avenida Marià Fortuny. Se trata, en concreto, de los más próximos a las paradas de bus, mientras que al menos ayer el resto se mantenían limpios.
Consultada al respecto, Magallanes señala que «en la calle Teresa Pàmies i Beltran, hay un local todo inundado de palomas y los problemas también vienen de ahí». En los bajos se ven restos de mallas presumiblemente colocadas para evitar el acceso de las aves, aunque precarias.
«Está vacío, hace años que entran palomas allí, hemos avisado y se está buscando al propietario pero parece que es difícil dar con él», apunta la presidenta vecinal, que explica que la presencia de estos pájaros «afecta a las terrazas de los bares».
Magallanes recuerda que «antes de verano, el Ayuntamiento llevó a cabo labores para controlar la proliferación en la plaza» y «pareció dar resultado pero, con el tiempo, vuelven». «La verdad es que ahora hay un montón, quizá más que en otras épocas», añade.
Jardins de Reus figura en el mapa de la ciudad como una de las áreas de concentración de aves urbanas. Preguntadas al respecto, fuentes municipales indican que «desde 2019, el Ayuntamiento trabaja en el control ético de la población de palomas a través de dos acciones: una a largo plazo, con dispensadores de pienso esterilizante; y la otra, a través de capturas controladas puntuales».
