El Raval de Santa Anna de Reus estará peatonalizado al 100% antes del 2025

Reus capta 4,7 millones de los Next Generation y el Ayuntamiento añadirá 2,6 para acelerar los proyectos de movilidad sostenible. La zona de bajas emisiones se concretará este verano

25 febrero 2022 14:40 | Actualizado a 25 febrero 2022 17:06
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A los 4,7 millones de euros que Reus ha captado de los fondos europeos Next Generation, el Ayuntamiento les añadirá 2,6 más para invertir 7,3 millones en proyectos de movilidad sostenible en la ciudad. La inyección económica servirá para la implantación de zonas de bajas emisiones, generar nuevos tramos de carril bici, acabar de peatonalizar el Raval de Santa Anna, remodelar el puente ferroviario del barrio Gaudí, construir la rotonda de Mas Carpa y sacar adelante el sistema municipal de bicicletas compartidas. Se trata, en su mayoría, de ideas que ya figuraban en los planes del gobierno y que deberán estar completamente ejecutadas antes de acabar 2024.

En cuanto a las zonas de bajas emisiones, las áreas en las que se restringirá la circulación de aquellos vehículos más contaminantes, la concejala de Urbanisme, Marina Berasategui, explicó ayer que sus límites «quedarán definidos por la revisión del Pla de Mobilitat Urbana que se está elaborando».

«Consiste en la limitación de entrada según el tipo de vehículo por su nivel de emisiones, que es el sistema que ya despliega la Dirección General de Tráfico y la directriz europea a través de sellos», añadió Berasategui, y detalló que «el espacio que abarcará se está estudiando y se debe acabar de definir». La previsión es que la aplicación de la zona de bajas emisiones sobre el plano del municipio quede perfilada «hacia verano».

Su implantación comportará la instalación de puntos de control de acceso para comprobar la etiqueta ambiental, paneles informativos y cámaras de medición y monitorización del tráfico que se conectarán mediante fibra óptica, además de un mecanismo de gestión centralizada de las entradas. Todo ello cuenta con un presupuesto de 532.431 euros. Pero hay más. Como actuaciones complementarias para su entrada en funcionamiento plena, el gobierno ha previsto ubicar sensores de calidad del aire y del ruido para revisar los parámetros y cumplir con los objetivos de progreso, y creará un «portal de movilidad sostenible que informe de las zonas e incluya un observatorio de resultados». A esto se destinarán 289.190 euros.

Por otro lado, parte de la cifra se dedicará también a la culminación de la peatonalización del Raval de Santa Anna, cuya primera fase, tal como explicó ayer Berasategui, «se encuentra a punto de finalizar las obras». Para la segunda fase, que comprende el tramo desde la calle de Santa Anna hasta la plaza Catalunya, «el proyecto también se está acabando». Ambas actuaciones, contenidas en el apartado de «conversiones en zonas de viandantes», implicarán en su conjunto un desembolso de 1.034.645 euros.

Y, dentro de este mismo capítulo, el Ayuntamiento sitúa también la remodelación del puente ferroviario del barrio Gaudí, teniendo en cuenta que «prevé mejoras en las aceras, unificar las dos barreras actuales en una de doble sentido, la incorporación de dos sentidos de carril bici segregados de la calzada, la renovación del alumbrado y la colocación de paneles acústicos», con un presupuesto complementario al PAM de la Diputació de 295.982 euros.

Otro de los cambios relevantes impulsado por los Next Generation y por el Ayuntamiento tiene que ver con la «pacificación de la circulación». En este sentido, destaca la urbanización de la avenida de Tarragona y de la calle Estanislau Mateu i Valls para la construcción de una nueva rotonda de acceso a la urbanización Mas Carpa con un coste de 791.780 euros. La rotonda contará con carril bici y acera y generará varias zonas verdes. Su finalidad, entre otras, es «aminorar de forma efectiva la velocidad», «acabar de convertir esta en una vía urbana» y «reducir el riesgo que hay actualmente en la incorporación de los vehículos» que hacen el giro hacia allí. Los residentes del entorno llevan más de una década reclamando esta intervención.

Más carriles bici

El resto de proyectos guardan relación directa con la bicicleta. Así, otro de los grandes apartados se refiere a la creación de cuatro nuevos tramos de carril bici: de la plaza de las Oques hasta la universidad –560.000 euros–, en la avenida de Tarragona –210.000 euros–, en la de Bellissens y la calle Astorga 
–910.000 euros– y en las de Falset y Salou –230.000–. Y el último es el de la implantación del sistema público de bicicletas compartidas en el que Reus Mobilitat i Serveis ya lleva un tiempo trabajando. El servicio, al que se dedican 2.064.260 euros, se desarrolla con la finalidad de «facilitar y promover el uso de la bici como medio de transporte saludable y ambientalmente sostenible».

En concreto, de los 2,6 millones que el Ayuntamiento aporta a los 4,7 concedidos por Europa, la cofinanciación municipal es de 1,6 mientras que el millón restante se destinará a materializar dos proyectos que también formaban parte de la convocatoria pero que no han resultado finalmente aprobados. Son los carriles bici de las avenidas de Sant Benat Calbó y de Riudoms que se llevan –570.000 euros–, y los de Països Catalans y la calle Recasens i Mercader –420.000–.

La vicealcaldesa de Reus, Noemí Llauradó, explicó ayer que «los proyectos presentados por el Ayuntamiento de Reus al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia financiado con fondos Next Generation de la Unión Europea han recibido muy buena valoración, incluso por delante de ciudades que para nosotros son referentes en movilidad como Vigo o Vitoria y también por delante de ciudades como Madrid, Palma o Santander».

Reus «ha sido la duodécima ciudad mejor puntuada y así ha obtenido 85,57 puntos sobre 100, de las 178 solicitudes subvencionadas y de las 275 presentadas», añadió Llauradó. Las líneas que se relanzan a partir de estos fondos y de la cofinanciación municipal «ya se encontraban antes recogidas en la planificación estratégica de la ciudad», especificó.

Por su parte, el alcalde, Carles Pellicer, subrayó que «los 7,3 millones de euros supondrán una inyección importante y representarán un paso de gigante en las políticas de movilidad sostenible de Reus; nuestra apuesta en este ámbito es clara y es ambiciosa».

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