«La población de gatos en Reus puede multiplicarse por cuatro si no los esterilizamos ya»

El Nou Refugi Baix Camp denuncia falta de recursos humanos y económicos para gestionar las colonias felinas, que se han descontrolado este verano con un aumento de camadas

30 agosto 2022 17:53 | Actualizado a 31 agosto 2022 07:00
Se lee en minutos
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Las colonias de gatos se descontrolan en la ciudad. Actualmente, hay alrededor de 106, que agrupan desde media docena hasta 20. Este verano, la población de felinos ha crecido «más que nunca», trasladan desde el Nou Refugi Baix Camp. El refugio privado gestiona estas comunidades a través de un convenio con la administración local, poniendo en marcha el proyecto Gat –esterilizan, alimentan, mantienen limpia la zona y hacen seguimiento–. «Hemos recogido numerosas camadas este año, desconocemos si es por el calor, pero si no las esterilizamos ahora, se multiplicarán por cuatro el año que viene», cuenta la presidenta de la entidad, Núria Aguirre.

La portavoz del refugio hace saber que están «a punto» de acabar con el presupuesto del Ayuntamiento –que este entrega directamente a las clínicas– y la necesidad de esterilizar «no para»: «Aunque es difícil de calcular, puede que por falta de recursos dejáramos sin esterilizar el 20% de los gatos». El presupuesto, propone, «no debería ser fijo sino de continuidad». Al acabarse los recursos económicos, las esterilizaciones cesan y «el parón, hasta que se vuelve a firmar el convenio del año que viene, nos perjudica mucho», dice.

La agrupación gestiona entre 184 y 190 intervenciones al año, pero el aumento de felinos pone en jaque la actividad de los trabajadores y voluntarios del Nou Refugi Baix Camp: las jornadas se alargan y la tarea «no es fácil, muchos gatos no se dejan coger para ser esterilizados o se desplazan de un punto a otro».

La cantidad de gatos también molesta a algunos vecinos de la ciudad. «En los barrios se complica mucho el asunto, la gente les da comida casera, desconocen que hay un proyecto detrás que aboga por la gestión de colonias controladas que ayuda a los gatos de forma efectiva», completa Aguirre. Solicita que el Ayuntamiento haga más difusión de la tarea a través de campañas de sensibilización. «Hay falta de información y a veces nos encontramos con la negativa de la gente, que piensa que esterilizar a los gatos es malo para ellos», manifiesta.

El proyecto Gat quiere dejar atrás el modelo anterior en el que se capturaban los animales y se les dirigía a unas instalaciones.

En este sentido, la presidenta del refugio remarca la importancia de que las personas alimentadoras dispongan de carné, hay 89 registradas a día de hoy, «aunque hay muchas más». Acreditarse es algo en lo que la entidad está trabajando. Las personas interesadas pueden solicitarlo accediendo a la página web www.refugibaixcamp.org, donde encontrarán un formulario en el apartado del proyecto Gat.

En la ciudad hay personas alimentadoras que además de dar de comer a los gatos de las colonias –donde hay desde gatos ferales (libres y poco sociables) hasta domésticos abandonados– también «llegan a asumir gastos veterinarios si hace falta y que los cuidan como si fueran suyos», recuerda la representante del Nou Refugi Baix Camp.

Pandemia y abandonos

Las comunidades que se encuentran en la periferia de la ciudad, señala Aguirre, por otro lado, suelen «estar mejor, más tranquilas, que las que están situadas en el centro de Reus», añade. Y es que cuenta que hay actos incívicos en torno a la convivencia con las colonias, con casos de personas que les han robado el pienso o los han envenenado.

La llegada de la pandemia también ha propiciado abandonos de gatos (también de perros), los cuales fueron adoptados o adquiridos al llegar el confinamiento. «Nosotros al llegar la Covid-19 no dejamos de trabajar, con autorizaciones que formalizamos en su momento y un poco de miedo por los controles que se hacían», subraya. Dice que fue «muy difícil trabajar de esa manera». Recuerda incluso que, aparte de las colonias que ya tienen controladas, hay muchas otras que no han podido comenzar a gestionar.

El Nou Refugi Baix Camp también hace seguimiento de los casos que llevan. «Velamos por la calidad de vida de estos animales y después de cada actuación hacemos un informe exhaustivo, una memoria», declara Aguirre.

Educar desde la base

Aguirre y la presidenta de la Associació Reus Gats, Ester Amill, ponen en valor la unidad entre las entidades animalistas que velan por el bienestar de las colonias de gatos. «Lo primordial es concienciar y crear una red de contacto entre las agrupaciones existentes que se dedican a acoger y promover las adopciones hechas con seguridad, es importante trabajar de forma conjunta y organizada», expone Amill.

La Associació Reus Gats educa desde la base transmitiendo buenos valores a través de charlas en las escuelas de la ciudad. «Iniciamos estas actividades el curso pasado, buscamos sembrar hoy lo que recogeremos mañana, queremos actitudes más respetuosas hacia estos animales, así como de cualquier otro», destaca Amill.

La formación de las personas alimentadoras es otro tema que consideran fundamental, porque no solo hay que dar de comer, sino que hay que llevar un control, hacer recuento de esterilizaciones, vigilar si hay gatos nuevos incorporados en la colonia, etc. Aguirre apunta como detalle a tener en cuenta que la mayoría de personas alimentadoras conoce los nombres de los gatos que cuida, «todos tienen uno y eso quiere decir que hay un trato habitual y un vínculo», expresa.

Por su parte, Amill aporta que más allá de la gestión de una colonia a través de la esterilización, también está el cuidado diario del gato. «No hay ayudas para aquellos que pueden estar enfermos y se vela por ellos, también», cuenta. En numerosos casos, afirma, «además de eventos para recaudar fondos o donaciones que puedes ir recibiendo por un caso, hay muchas personas que ponen recursos de su bolsillo».

Aguirre hace hincapié en el campo de las esterilizaciones. «Las hembras se recuperan más lentamente y hay que estar por ellas (y ellos) cuando la intervención es reciente, pero también hay que estar al tanto de los avisos de los gatos perdidos», sostiene, pues es «un todo». El tiempo que invierten de forma voluntaria, comentan Aguirre y Amill, es porque realmente hay un «interés vocacional detrás».

La falta de espacio para acoger a los animales

La gestión de colonias de gatos en otros municipios del Baix Camp es también compleja por cuestiones de espacio. La presidenta de la Associació Amigats de Les Borges del Camp, Marina Llauradó, así lo cuenta: gestiona junto a Cristina Sedó las comunidades de felinos del municipio desde 2017. «Con el tiempo los socios han ido desvinculándose y ambas, por cuestiones de espacio, tenemos la casa llena de gatos y perros», explica Llauradó. La actuación de la asociación requiere tener espacio para acoger gatos. «Ahora actuamos cuando hay alguna emergencia, la gente te llama, pero no quiere colaborar y vamos gestionando las esterilizaciones poco a poco», añade.

El trabajo de la Associació Amigats Borges es altruista y tanto Llauradó como Sedó tienen que hacerlo compatible con sus jornadas laborales. «Nos faltan manos y hay muchos nacimientos, disponemos de una ayuda, pero no es suficiente», reconoce.

Comentarios
Multimedia Diari