Assensió Gómez poco tiene que ver con aquella joven de 30 años a la que le terminaban de diagnosticarle fibromialgia y artrosis degenerativa. Allí empezó un largo calvario que la sumió en una profunda depresión y la dejó encerrada en casa sin querer hacer nada. Entonces fue ganando paulatinamente mucho peso hasta llegar a los 142 kilos y poner en serio riesgo su salud.
Pero todo aquello ya ha quedado atrás. Ahora, Assensió acaba de cumplir 42 años, pesa 67 kilos y todos los días sale a caminar. Y lo más importante de todo, se encuentra mejor que nunca. «Con mi ejemplo sólo quiero animar, dar esperanza y servir de inspiración a la gente que padece obesidad mórbida. Si uno quiere puede salir adelante y vivir una nueva vida». Eso sí, Assensió reconoce que el camino no es fácil y que requiere de esfuerzo y mucha constancia.
En su caso, además, fue necesaria una intervención en el Hospital Sant Joan de Reus consistente en un bypass gástrico. De esto hace ya dos años y sus recuerdos no pueden ser mejores. Según cuenta emocionada, fue a partir de la operación, unida a sus ganas de seguir adelante y encontrarse mejor, lo que la hizo progresar exponencialmente.
«Gracias a los médicos estoy viva, sin la intervención no hubiera salido hacia adelante. La gente que trabaja en la sanidad es maravillosa», apunta agradecida. Al principio empezó a andar por los pasillos del hospital y de su casa, para terminar el sexto día recorriendo su primer kilómetro por la calle.
Assensió da las gracias al personal médico del Sant Joan, del Pius de Valls y del CAP de RodonyàAssensió no quiere dejar pasar la oportunidad para dar las gracias por «la labor realizada, apoyo, respeto y cariño» del doctor Del Castillo y de todo el equipo de cirugía bariátrica del Hospital Sant Joan. También al doctor Jasso y su equipo y a sus amigos y familiares, que han estado siempre a su lado y la han apoyado en todo momento.
De igual modo, tampoco se olvida de agradece, con la misma pasión, a todo el personal médico del CAP de Rodonyà, municipio donde reside, y el del Hospital Pius de Valls por su dedicación y trato ofrecido.
Ahora Assensió está pendiente de someterse a otra operación para terminar de completar todo el proceso iniciado hace dos años y sin bajar la guardia en ningún momento. Eso sí, con optimismo y ganas de seguir mejorando día a día.
Kilómetros de salud
Con la mirada atrás, Assensió todavía recuerda que uno de los momentos más duros fue cuando empezó a encadenar días de baja que le impedían trabajar como camarera. Un proceso que finalizó con una visita al tribunal médico que le concedió una invalidez y discapacidad del 60%. Pero lo que más la afectó, fue verse obligada a tener que andar con la ayuda de un andador o de muletas. Una situación que ahora ya alterna con naturalidad y que, además, no le impide que todos los días salga a caminar 17 kilómetros.