Lo que parecía un suceso leve sin consecuencias demasiado graves se ha convertido en una auténtica pesadilla para dos vecinos de la Part Alta de Tarragona. El pasado 4 de abril, el Diari informó de un derrumbe en un inmueble del mencionado barrio de la ciudad.
En principio, no se trataba de una situación de gran importancia, ya que, tal y como detallaron Bombers de la Generalitat en el momento, cedió el relleno de un arco de una vivienda a la altura del número 9 de la calle Misser Sitges. Era un arco que lindaba con un local y que no había provocado ningún tipo de daño personal.
El hecho es que una semana y media después, los dos vecinos que residían en dicha vivienda, todavía no han podido regresar a la misma. El Institut Municipal de Serveis Socials de Tarragona (IMSST) les ha buscado acomodo en un hotel, a la espera de tener la confirmación de que vuelve a ser seguro volver a casa.
El Ayuntamiento de Tarragona ha informado a este medio que se les ha podido conseguir dicha habitación al tratarse de una «situación de emergencia», hasta que puedan volver a instalarse en su hogar.
En una revisión inicial, Bombers pudo comprobar que no había riesgo estructural, aunque había un forjado que requería atención porque no quedaba claro que comprometiese la seguridad de la casa. Se requirió, pues, la presencia del arquitecto municipal para poder certificar que era seguro regresar a casa.
El arquitecto de Bombers
El arquitecto municipal no acudió a la llamada de socorro el mismo día del incidente. Según apuntan fuentes del consistorio, «no pudieron localizar a ningún arquitecto de guardia». Por este motivo, fue Bombers quien activó a un arquitecto propio, que se tuvo que desplazar desde Vilafranca del Penedès para poder realizar los trabajos oportunos para decidir si era seguro, o no, entrar a vivir en la casa.
Se decidió, tras acometer las inspecciones pertinentes, que nadie durmiese en la vivienda la misma noche del accidente, hecho que refrendó el arquitecto municipal que, al día siguiente, acudió al inmueble con el fin de comprobar lo sucedido y tomar una decisión al respecto. No era posible regresar a la casa porque, tras el derrumbe del arco, habían quedado afectados también el baño y la cocina.
Se pudo apuntalar el arco, pero no fue suficiente. No es habitual que el arquitecto municipal no acuda a la llamada de socorro cuando ocurren este tipo de sucesos, pero desde el consistorio manifestaron que «al final, el servicio que se ofreció fue el mismo, ya que hubo una coordinación con el arquitecto de Bombers».
Los dos afectados están a la espera de regresar a sus viviendas diez días después de un derrumbe que se produjo en plena celebración de actos de Semana Santa y en el que participaron, aparte de las dos dotaciones y el arquitecto de Bombers, una unidad del Sistema d’Emergències Mèdiques (SEM) y la Guàrdia Urbana de Tarragona.