Tarragona sufrió la noche de este martes a miércoles una intensa tromba de agua, que anegó varias zonas de la ciudad -tanto del centro como de sus diferentes barrios- y que imposibilitó circular por numerosas calles, ya fuera a pie o en vehículo. En este último caso, para muchos conductores, la gran cantidad de lluvia caída hizo que fuera toda una odisea salir sano y salvo de las tremendas inundaciones ocasionadas.
La Rambla Nova se vio afectada seriamente, especialmente en garajes y portales. En otras zonas, como las de Bonavista o Les Gavarres, muchos conductores se quejaron a causa de la falta «de una mayor presencia policial».
Los dos puentes que dan acceso al barrio marinero se llenaron de agua, impidiendo así la circulación. A la altura de la gasolinera del Serrallo –situada al final de la calle Pere Martell-, los vehículos que pasaban pitaban para ser vistos, ya que la intensidad de la lluvia dificultaba la visibilidad. Algunos optaron por resguardarse en la gasolinera, pero otros fueron valientes e intentaron cruzar el puente, quedándose así tirados a la entrada del barrio.
Los miembros de los Xiquets del Serrallo, que estaban ensayando como cada martes, no podían salir del local, y algunos de los clientes de los restaurantes tuvieron que cobijarse en su interior. Es habitual que los puentes se inunden cuando llueve tan fuerte. A partir de las once de la noche, los bomberos se trasladaron hasta el lugar para llevar a cabo los trabajos.
Los coches iban en dirección calle Real, pero se veían sorprendidos por el agua concentrada en las calles adyacentes, como por ejemplo, la calle Castaños o la calle Smith. El agua llegaba hasta las rodillas de los peatones, que querían llegar rapidamente a su casa. Algunos vecinos aseguraban que nunca antes habían visto este escenario. Cuando la lluvia cesó, los propietarios de los vecinos bajaron hasta la calle para sacar sus vehículos.
Por otra parte, dos personas fallecieron ayer en Mallorca debido a la riada que se registró en la localidad mallorquina de Sant Llorenç des Cardassar, tras desbordarse el torrente que pasa por el pueblo.
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