«Lo mejor del casal es ir a la escuela con los amigos... pero a jugar»

Este verano los casales municipales han cambiado de filosofía, ya no los organizan Servicios Sociales sino el IMET y los niños eligen en función de sus intereses

15 julio 2022 07:00 | Actualizado a 15 julio 2022 07:00
Se lee en minutos
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Durante la mañana de ayer el Parc de la Ciutat se transformó por completo con las correrías y los juegos de más de 400 niños de diferentes escuelas de Tarragona. El motivo era la gran fiesta de los casales municipales de la ciudad. Había música en vivo, juegos de gran formato (incluida una tirolina) y un ‘punto de remojado’ que se convirtió en la delicia de los asistentes que se refrescaban debajo de un gran aspersor.

Raquel, alumna de cuarto de primaria de la escuela Pau Delclòs, cuenta que estos días de casal se lo está pasando genial. «Lo mejor de todo es ir con los amigos a la escuela... Pero a jugar, no a clases. Y a la playa y la piscina...» Sobre la fiesta cuenta que «me ha sorprendido, no me imaginaba que habría juegos así y música en vivo». Lo explica antes de salir corriendo; sus amigas la reclaman para seguir bailando.

Marc, de sexto y Elsa, de quinto de primaria de la Escola Tarragona, cuentan que están haciendo amigos, porque habitualmente solo van con los de la clase, pero aquí se mezclan todos «y los monis (los monitores) son una pasada»... Mucho mejor que quedarse en el sofá de casa.

Cambio de filosofía

Este año los casales que organiza el Ayuntamiento de Tarragona estrenan un cambio de filosofía. Ya no los organiza Serveis Socials para sus usuarios, sino el IMET (Institut Municipal d’Educació) que ha dado subvenciones directas a las asociaciones de padres de las escuelas de la ciudad o a entidades del territorio para que los pongan en marcha. Funcionan el mes de julio y las familias pagan 30 euros por semana.

La intención, explica Manel Castaño, concejal de educación, es lograr un modelo menos asistencialista y más inclusivo. Es una de las estrategias, señala, para romper la segregación social que hay en la ciudad.

Este año se ha buscado que los niños puedan elegir las actividades de verano que quieren hacer en función de sus intereses. En el caso de las familias usuarias de Servicios Sociales se ha optado por primera vez por entregar bonos con los que puedan ir al casal que interese a los niños, independientemente de si es municipal o no. Los bonos se ampliaron hasta cubrir toda la semana.

En el caso de los que dependen del IMET y a los que podían apuntarse todos los niños de la ciudad hay nueve casales en las escuelas: Riu Clar, Els Àngels, Bonavista, Sant Salvador, Sant Pere i Sant Pau, Marcel·lí i Domingo, Tarragona, Saavedra, Miracle y Pau Delclòs. Cada uno, además, tiene una temática distinta: arte, ecología, geografía, historia y tecnología entre otros.

La intención, como ya se hizo con el programa piloto de actividades extraescolares compartidas que se puso en marcha durante el curso, era que los niños pudieran ir a hacer actividades a otras escuelas que no fueran necesariamente las suyas.

Castaño explica que en algunas escuelas hubo mucha demanda mientras que en otras «fuimos a buscar a las familias».

Dejamos al grupo persiguiendo a los monitores que llevaban pistolas de agua y comiendo los últimos trozos de sandía que tenían para refrescarse.

Comentarios
Multimedia Diari