Los pescadores de El Serrallo solo pueden salir a faenar siete meses y medio al año

Por primera vez, la flota del arrastre de Tarragona parará del 16 de octubre al 12 de noviembre. De esta manera, no verán tan reducidos los días de pesca en el calendario

18 marzo 2023 18:17 | Actualizado a 19 marzo 2023 07:00
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«Es como un tornillo que cada día le van dando una vuelta, hasta que no queda nada. Así es como nos sentimos». Estas son las palabras de un pescador del arrastre de El Serrallo, quien asegura que la administración les está ahogando cada vez más. Según el plan plurianual previsto desde la Comisión Europea para proteger el Mediterráneo, los pescadores tarraconenses solo pueden salir a faenar aproximadamente siete meses y medio al año. Un 7,5% menos que el año pasado, cuando los días permitidos estaban entre 140 y 180. «No sé cómo pretenden que vivamos todo el año trabajando la mitad de días», se pregunta el presidente de la Confraria de Pescadors de Tarragona, Esteve Ortiz, quien añade que España aplica a raja tabla la normativa, mientras que en otros países, como Francia o Italia, no es así.

Pero eso no es lo peor. Lo peor es que el colectivo no sabe con exactitud los días que pueden salir a la mar hasta finales de año, lo que significa que viven constantemente inmersos en la incertidumbre. El año pasado, por poner un ejemplo, el decreto definitivo se publicó en septiembre. Este año van por el mismo camino. «Van presentando propuestas y las cofradías van alegando. Mientras tanto, los pescadores no saben los días concretos de pesca», explica la secretaria de la Confraria de Tarragona, Rosa Sans.

Para hacernos una idea, el año pasado, las barcas de menos de 12 metros de eslora salieron 144 días a la mar. Las de más de 24 metros, 182. El problema, según explican algunos pescadores, es que, a finales de año, Europa sorprende diciendo que todavía quedan días en el saco de España. Entonces, los patrones empiezan a correr para poder cumplir con el cupo y no perder más días. «Si nos dijeran desde un principio los días, nos podríamos organizar mejor», explican.

Una de las medidas que incluye este plan europeo es forzar a las flotas del arrastre a alargar o repartir las paradas biológicas. Por eso, este año, los pescadores de El Serrallo han decidido hacer dos vedas. Una del 15 de mayo al 30 de junio –como se hace habitualmente–, y la otra, de forma excepcional y por primera vez, del 16 de octubre al 12 de noviembre. «Nos dicen que si lo hacemos así, si dividimos la parada, nos bonificarán y, en lugar de quitarnos un 7,5% de días, solo nos dejarán sin pescar el 3,5% respecto el año pasado», explica el presidente de la Confraria. El colectivo parará un total de dos meses y medio.

Cabe recordar que, durante los períodos de veda, los patrones no ganan nada y viven de los ahorros, mientras que los marineros gastan el paro.

Con esta situación, la Confraria de Pescadors de Tarragona es consciente de que, cuando la Generalitat lo permita, muchos armadores optarán por desguazar la embarcación. Eso significa que la Confraria tiene los años de vida contados. «Creemos que, cuando el armador más joven que hay ahora se jubile, la institución cerrará. Calculamos que faltan unos 10 o 12 años, como mucho», dice el presidente.

Jaume Sans es armador de la embarcación Joan i Maria. Es joven, pero asegura que la situación en la mar está muy complicada. «Según Europa, en agosto deberíamos dejar de trabajar. No sé cómo quieren que nos mantengamos», explica Sans, quien añade que «una de las cosas que hacemos es aprovechar los días de temporal para no salir. Así ganamos días. Igualmente los números no salen». Para Sans, como muchos otros pescadores, su trabajo es vocacional. «No sabemos hacer nada más. No estudiamos porque queríamos ir a la mar. Pero es muy difícil vivir con esta incertidumbre», añade.

Por otro lado, Andreu Domènech, patrón de la embarcación Maria Ferrer, opina que «igual que a nosotros nos ponen prisa para decir cuando hacemos veda, la administración también debería hacer sus deberes. Lo ideal sería que a principios de año nos dieran a conocer los días que podemos trabajar para organizarnos mejor». Domènech dice que la flota ya se ha dado por vencida, que hay cierto sentimiento de resignación al ver que nadie les hace caso.

A buen precio

Pero no todo es malo. La otra cara de la moneda la encontramos a pocos metros del pantalán, en la subasta. El pescado de Tarragona está vendiéndose a muy buen precio, explican desde la Confraria. Gracias a esto, unos y otros pueden ir sobreviviendo. Este aumento de precio se debe a varios factores. En primer lugar, a la alta demanda, teniendo en cuenta que, solo por Internet, ya hay más de 40 compradores en el momento de la subasta.

Por otro lado, los pescadores se han profesionalizado y han sabido adaptarse a las necesidades de los clientes. «Estamos siendo más bien valorados que nunca y eso tiene que ver con cómo presentan el género nuestros pescadores», explica la secretaria de la Confraria de Pescadors, Rosa Sans.

Además, este inicio de año ha coincidido que algunas flotas, como la de los puerto de Girona o Barcelona, han estado amarradas y los compradores han bajado a Tarragona. De ahí a que, la semana pasada, la gamba roja iba a más de 200 euros. Lo nunca visto. La celebración de Falles en Valencia también tiene algo que ver.

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