Tarragona: terrazas, movilidad y basura para iniciar 2024

Cuesta de enero. El gobierno del PSC afronta en este inicio de año retos de largo abasto que pueden marcar el mandato

08 enero 2024 19:37 | Actualizado a 08 enero 2024 19:37
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Tras el parón de Navidad, y ya con el nuevo presupuesto para 2024 en vigor tras haber aprobado en otoño primero la subida de impuestos y luego las cuentas para este año, el gobierno municipal del PSC afronta la cuesta de enero con varias carpetas abiertas que pueden suponer un punto de inflexión del presente mandato municipal.

Con el calendario en la mano, la primera parada será la aprobación de la ordenanza de la Zona de Bajas Emisiones. Está previsto que la próxima semana se reúna la comisión, con el objetivo de acordar un texto que sea avalado por el Saló de Plens. El proyecto, que cuenta con una partida de 1,5 millones de euros por parte de los Fondos Next Generation, está en fase de licitación, ya que debe ser una realidad en 2025. De momento, ECP ya ha pedido al ejecutivo de la Plaça de la Font más «valentía» para «ampliar» una «zona geográfica» que los progresistas consideran «pobre».

En materia de movilidad, otro de los melones por abrir será el nuevo Pla de Mobilitat Urbana Sostenible (PMUS). Se calcula que en marzo ya se conocerá un primer redactado del plan, que entre otras cuestiones deberá dar el OK a la implantación de nuevas zonas reguladas de estacionamiento en el centro y Llevant.

Acelerón antes de verano

Durante el próximo medio año el equipo del alcalde Rubén Viñuales quiere resolver otros dos retos que, en caso de tener éxito, pueden allanar el terreno de la legislatura. Por una parte, antes de junio está previsto que sea una realidad la renovación del mayor contrato municipal: el de la basura y la limpieza, valorado en 23 millones al año.

La suerte en la Zona de Bajas Emisiones, el Plan de Movilidad o avanzar en el POUM serán puntos de inflexión para el ejecutivo municipal del alcalde Rubén Viñuales (PSC)

Antes de las fiestas, la concejal Sonia Orts manifestó que el objetivo es estudiar «entre febrero y marzo» las cuatro ofertas económicas recibidas, para poder adjudicar la nueva concesión –que será para diez años– antes de verano. De esta forma, se podrá actualizar un contrato que se adjudicó en el ya lejano 2003.

Paralelamente, la primera teniente de alcalde, Montse Adan, tiene también un claro objetivo para la etapa Invierno-Primavera: sellar la nueva ordenanza de las terrazas. Por ello, negocia desde hace semanas con el sector, de forma que pueda acordarse un texto «de la mano de los profesionales» para «consensuar estrategias». Se trata de una asignatura pendiente que se arrastra desde el pasado mandato pero que quedó congelada tras la covid.

Ya en una carrera más de fondo, 2024 debe ser un año decisivo en la gestión del nuevo POUM. El gabinete socialista prevé que a finales de año pueda llevarse al pleno un primer texto para su aprobación inicial, después de que en noviembre de 2020 el Tribunal Supremo anulara el de 2013.

Muchos retos, pues, por delante en el que será el primer año natural de Rubén Viñuales al frente de una nave de la Plaça de la Font en la que, hasta la fecha, el PSC ha decidido navegar en solitario.

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