Un viaje gastronómico

«Es tal la variedad gastronómica de Tarragona que necesitaremos un nuevo viaje para descubrir muchos más productos que despiertan emociones»

23 febrero 2022 18:19 | Actualizado a 23 febrero 2022 18:20
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Cuando pienso en gastronomía me siento orgulloso de ser de Tarragona. Mar y tierra son el origen de todos estos productos de calidad insuperable, muy nuestros. Nos acompañan cada día en mercados y cocinas, y nos hemos acostumbrado tanto a ellos que a menudo nos olvidamos de su importancia y no ponemos en valor la riqueza que nos envuelve.

¿Viajamos juntos?

Populares calçotadas se celebran en los meses de invierno en l’Alt Camp. Famosas y envidiadas por los territorios colindantes a la provincia que no se pueden resistir a participar en estas fiestas gastronómicas, donde además de disfrutar del calçot, es la ocasión ideal para reír, compartir y desconectar.

¿Sentís la brisa marinera? Estamos delante del mar Mediterráneo que acaricia nuestras costas. Es la hora del vermut, de Reus, por supuesto. Ranxets de pescadores entremezclan aromas marineros. Los Xató del Baix Penedés ya están en mesa. En el Tarragonés, hemos puesto la cazuela de barro al fuego para el Esmarris y aunque me zamparía un guiso de Espineta amb Caragolins, éste es más típico en septiembre para Santa Tecla, y las tradiciones hay que conservarlas. ¿Y el Romesco? No puede faltar, con avellanas con denominación de origen de Reus, con sus innumerables variantes y con su sabor inconfundible. En el Baix Camp estamos en época de galeras, ¿poco valoradas?, eso es pasado. Este sabroso marisco hoy en día se ha hecho un hueco entre los más apreciados y hasta tiene sus propias «Jornades», así que cocineros y restauradores de la Costa Daurada le dedican los mejores lugares en sus cartas y menús. Este magnífico producto no necesita de muchas florituras pero acompañando a un arroz del Baix Ebre i del Montsià, derrite hasta los mejores paladares. Y ya que estamos en el Baix Camp, vayamos al interior un momento, donde también el pescado hace su presencia en platos ancestrales como el Pataco de Alforja, con atún y patata (que si es de Prades, para chuparse los dedos). Y para atún, el rojo de L’Ametlla de Mar, con su increíble valor nutricional tan beneficioso para nuestra salud.

¿Pero falta pan para mojar? Pues no porque tenemos Pan del Mestral, con nuestro impresionante oro líquido de oliva DOP Siurana, sal del Delta y harina de la Conca. Quizá con él podríamos hacer una Clotxa como las de la Ribera d’Ebre, Terra Alta i del Priorat con arenques y tomates escalivados.

¿Y si regamos con vino? La herencia de la viticultura romana dejó huella en los de Tarragona. De sabores densos i aromas intensos encontramos los cultivados y elaborados en la comarca del Priorat. Son elegantes y expresivos los de la Conca de Barberà con el Trepat como variedad autóctona. Son de gran cuerpo los de la Terra Alta i exquisitos los del Montsant.

Y acabemos endulzando el camino con un Menjar blanc a base de almendras, Pastissets de las Terres de l’Ebre y miel del Perelló o de Arnes.
Es tal la variedad gastronómica de Tarragona que necesitaremos un nuevo viaje para descubrir muchos más productos que despiertan emociones y recetas de nuestras comarcas, como la trufa de la Conca, la truita amb suc de Ulldemolins o las coques de recapte…
Así que sí. Podemos estar orgullosos.

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