Ayuntamientos: ¿Zapatero a tus zapatos?

Una sentencia del  Supremo, que limita los temas que pueden abordar los consistorios genera controversia

 

23 agosto 2019 11:23 | Actualizado a 23 agosto 2019 11:32
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Una sentencia del Tribunal Supremo que limita a los temas de competencia municipal las mociones que se pueden tratar en los plenos ha abierto un fuerte debate entre los distintos grupos políticos con representación en los consistorios. El fallo, que crea jurisprudencia, resuelve los recursos presentados contra mociones independentistas que fueron aprobadas en Caldes de Montbui y Cercs. El fallo del alto tribunal considera que «es procedente anular un acuerdo del pleno de un Ayuntamiento que consista en una declaración de naturaleza política, siempre que la misma se encuentre al margen de las cuestiones de interés municipal y de las competencias que corresponden a la entidad local». La polémica sobre si los ayuntamientos deben o no entrar en cuestiones de cariz ideológico o de ámbitos administrativos superiores viene de lejos, pero nunca ha pasado a mayores. Cuestiones sociales como el debate sobre el aborto,  o de carácter internacional sobre el apoyo o condena a un determinado régimen de otro país, se han llevado multitud de veces a los plenos municipales. Las voces sobre si es conveniente o no llevar al terreno municipal cuestiones en las que intervienen otras cámaras son muy dispares. Por una parte están quienes apelando al pragmatismo administrativo consideran que el ordenamiento democrático dispone de los foros adecuados para ventilar estas cuestiones y que los municipios (zapatero  a tus zapatos) no deben desperdiciar energías en debatir sobre el sexo de los ángeles.
Por contra, y tampoco les falta razón, los hay quienes sostienen que no pueden ponerse cortapisas a las expresiones democráticos en todos los ámbitos. Ello incluye las asociaciones de vecinos, los colegios profesionales, las entidades culturales y, por supuesto los ayuntamientos. Allí donde la democracia se puede poner en práctica nadie debe poder discernir entre lo que resulta opinable o no. De hecho, nos encontramos ante una nueva expresión de la división de poderes, esencia suprema del máximo ejercicio de la libertad.

 

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