En medio de la crisis entre Puigdemont y el PDeCAT, resulta significativo el silencio de Artur Mas, que hasta el momento no ha abierto la boca a favor de ninguna de las opciones. El ex president está en medio: fundó el PDeCAT y nombró a dedo a Puigdemont.
Mas fundó el PDeCAT sobre las ruinas de Convergència y para separarse de Jordi Pujol, que fue quien le nombró a él en su día. Ahora es Puigdemont quien quiere separarse del PDeCAT y si conviene de Mas, que fue quien le dio acceso a la presidencia.
El Procés tiene la capacidad de dividir a los partidos políticos y eliminar a algunos. Le ocurrió a Unió y le tocó después a CDC. Ahora divide incluso a los herederos de Convergència.
Deben ser efectos secundarios de la confrontación inteligente.