Europa, sin rumbo

La crisis griega ha puesto de manifiesto la debilidad de la Unión Europea

19 mayo 2017 22:15 | Actualizado a 22 mayo 2017 14:42
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La crisis griega ha puesto de manifiesto la debilidad de la Unión Europea, que últimamente parece avanzar a trompicones, sin más estrategia que la de salvar los muebles y parar el golpe. Poco más. Sí, Grecia ha capitulado pero ¿por cuánto tiempo? Los bancos griegos volvieron a abrir ayer tras veintiún días cerrados pero las restricciones para evitar una retirada masiva de dinero continúan y con ellas la sensación de que el episodio se ha vuelto a cerrar en falso. Seguramente hasta el próximo plazo del pago a los acreedores.

Pero Grecia no es el único talón de Aquiles de Europa. Con Rusia, al acecho y esperando cualquier descuido para incrementar su influencia (como ya ha hecho con Crimea y el este de Ucrania), con una nueva amenaza de consecuencias imprevisibles como el autoproclamado Estado Islámico (que ya no es un problema de Oriente sino que actúa y recluta terroristas en el interior mismo de Europa), con una acuciante crisis migratoria ante la que no sirve mirar para otro lado y con una alta dependencia energética, el proyecto europeo necesita de una revisión a fondo más que cumbres extraordinarias y maratonianas con medidas parciales, acordadas in extremis y sin una visión de conjunto.

No solo eso. Por encima de cada uno de esos retos, el proyecto europeo, acostumbrado hasta ahora solo a crecer, tiene un desafío aún mayor. No se trata únicamente de tener una estrategia sino también alma, el elemento abstracto que da sentido a cualquier iniciativa.

Con apaños provisionales como los pactados en los últimos meses, no es de extrañar que crezca la desafección ciudadana, se debilite la cohesión y, por ende, la capacidad de acción de la Unión Europea. Por eso, el principal reto de Europa no es económico, de política exterior o de seguridad. El gran desafío es conectar de nuevo con la ciudadanía de los estados miembros y volver a ser un referente en el mundo. Si no tal vez siga saliendo a flote pero habrá perdido el rumbo.

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