La economía está hablando

La economía está dando un aviso de gran importancia al procés. No se trata de ninguna amenaza. Son hechos. Las empresas huyen de donde hay tormenta

 

07 octubre 2017 08:14 | Actualizado a 07 octubre 2017 08:18
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Tal como estaba previsto, el consejo de administración de CaixaBank decidió ayer viernes trasladar su sede de Barcelona a Valencia. De este modo, la mayor entidad bancaria de Catalunya y la tercera de España sigue los pasos del  Banc Sabadell, que el jueves aprobó también mover su sede social a Alicante. Otros bancos menores como Mediolanum o Arquia radicados en Catalunya adoptan las mismas medidas para garantizar su permanencia bajo el paraguas del Banco Central Europeo (BCE) y mantener abiertas sus líneas de liquidez, algo que no podría ocurrir si se produjera una independencia en Catalunya, que las dejaría fuera de la UE. Pese a que el traslado de la sede social no comporta cambios en la operativa de las entidades ni afecta a su sede física en Catalunya, el golpe político al procés que significa este paso dado por la banca obligará a replantear  toda la hoja de ruta que habían diseñado los partidos soberanistas. Y lo peor es que la huida de Catalunya también ha comenzado a extenderse a otros sectores de las grandes empresas. Freixenet, Abertis, Catalana Occidente, por citar las de mayor peso, también han anunciado su intención de tomar las de Villadiego. Para redondear la puntilla, elGobierno se lo ha puesto fácil. El Consejo de Ministros aprobaba ayer una disposición que permite a las empresas cambiar su sede social sin necesidad de la aprobación de la junta de accionistas. Pasen, señores, pasen. Con todo este panorama sobre la mesa, el president Puigdemont comparecerá el próximo martes en el Parlament. La solicitud de intervención no cita en ningún caso que vaya a plantear la declaración unilateral de independencia que en principio debía debatirse el lunes pero que el Tribunal Constitucional ha vetado. Es de esperar que Puigdemont no sorprenda con ningún anuncio alocado. Seria un desastre. Es necesario serenar la situación, calmar los ánimos y en definitiva ganar tiempo para pensar con la cabeza y no con las entrañas. Y mientras profundizar en una solución a través de la mediación discreta que a buen seguro se hallará. Los haraquiris no se llevan.

 

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