Wifredo Espina, inconformista y sincero ha construido en Quan volien silenciar-me (Editorial Pagès) un monumento al Periodismo, al que ha dedicado una vida que estuvo muy ligada a ‘El Correo Catalán’ donde entró en 1961, el mismo año que se casó con una joven de Reus, Maria Dolors Pahí, con la que ha tenido cinco hijos y una historia de felicidad.
En la dictadura, en ‘El Noticiero’ de Zaragoza recogíamos sus artículos, porque eran la avanzadilla hacia la democracia. Luego trabajé a sus órdenes –donde coincidí con Correal– como deja constancia en su libro en el que cita a 600 personas, entre ellas al redactor que se despedía cada día diciendo «Adiós a todos menos a uno».
Junto a reflexiones profundas, abundan las anécdotas como las de su relación con el expresidente de la Generalitat Jordi Pujol, que un día que compartían manteles con un tercero, le dijo: «Durante esta cena, y excepcionalmente, nos trataremos de tú».