Por qué las encuestas están girando hacia el centro. Hemos vuelto a fijarnos más en la seguridad que en nuestros anhelos

Eficacia frente a palabrería. De momento, ante el miedo a la covid-19, es decir, a la enfermedad y la muerte, vamos prefiriendo que nos gobiernen buenos gestores y nos fijamos menos en los gesticuladores

25 junio 2020 09:40 | Actualizado a 25 junio 2020 10:02
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El mundo no es un círculo; ni una esfera; ni una espiral…El mundo, para nosotros los humanos, es una pirámide. Nuestros cerebros son máquinas de anticipar y jerarquizar nuestras necesidades desde las más primarias a las más espirituales en esa estructura geométrica.

Empecemos: ¿Qué es lo más importante para usted?

Quedará entre usted y yo; pero lo cierto es que lo más importante para usted es usted mismo; y es bueno que así sea, porque si no lo fuera, usted se moriría y no podría preocuparse de nadie más. Por eso, incluso si es usted un ángel altruista, su cerebro también priorizará sus necesidades.

Anteanoche, tal vez tirara petardos, porque era la noche de Sant Joan y nos merecíamos quemar el pasado de este año más bien olvidable y hacer que se purifiquen sus malos efluvios entre las llamas que prolongan en el solsticio la luz del día más largo.

Los petardos han costado un dinerito. No demasiado para usted, tal vez: ¿pero se lo hubiera gastado de tener que elegir entre ellos y poder cenar y dar de cenar a sus hijos?

Pues eso es la pirámide de Abraham Maslow, quien supo distinguir entre lo que nos permite existir; sobrevivir; vivir o tener una vida que valga la pena. Y los humanos vamos subiendo de grado en esa pirámide conforme vamos cubriendo necesidades.

Van a subir enteros los perfiles políticos más técnicos y discretos en perjuicio de los más ideológicos e histriónicos

En la base están las fisiológicas primarias: respirar, beber, comer, desbeber, descomer… En el segundo escalón, la seguridad: que no nos coma algún otro bicho; después las sociales, que nos reconozca el grupo para que nos deje tirado cuando llegue el león, la amistad, el reconocimiento…

Al cabo: ¿en qué piensa usted cuando no piensa en nada y no tiene hambre, ni sed, ni sueño? Pues en otras personas. Las personas cuando no pensamos en nada pensamos en los demás; porque de los demás dependemos para poder sobrevivir.

Y, después, ahí encima vendría la autorrealización y todo ese orgullo de identidad, cultura…patria si quieren. Al final, en el vértice de la pirámide, al que no todos llegan, se halla nuestra proyección espiritual: la religión, la mística, el arte.

Preferiremos antes a un tecnócrata eficiente que a un ideólogo enardecido

Pues bien, el bicho, el virus, ha cambiado durante estos últimos tres meses nuestras prioridades y hemos vuelto a fijarnos más en la seguridad que en la proyección de nuestros anhelos.

Esa es al menos mi teoría –y si han llegado hasta aquí: gracias– para explicar por qué las opciones políticas más radicales están obteniendo menos apoyos en las encuestas estos días en beneficio de las más centradas. Por supuesto, esto también puede suponer a medio plazo que las más radicales, al verlo, también se centren. Pero eso sería, como dicen los científicos, un efecto de segunda ronda.

Primer efecto en las urnas

De momento, ante el miedo a la covid-19, es decir, a la enfermedad y la muerte –una prioridad básica–, vamos prefiriendo que nos gobiernen buenos gestores y nos fijamos menos en los gesticuladores. Así que primer efecto en las urnas de la pandemia: van a subir enteros los perfiles políticos más técnicos y discretos en perjuicio de los más ideológicos e histriónicos.

Preferiremos que un tecnócrata eficiente decida sobre la sanidad o las residencias de ancianos a que un ideólogo enardecido experimente con ellas en nombre de cualquier causa o bandera.

Ahora nos parece obvio, pero cuando en la pirámide estábamos más arriba tal vez dábamos la salud y la vida por garantizadas y nos fijábamos más en el color de las banderas. Pero mientras podamos pagarnos los petardos y tal vez un día en la playa: disfrutémoslos.

Feliz Solsticio y espero que hayan tenido un feliz Sant Joan, amigos.

* Periodista. Lluís Amiguet es autor y cocreador de ‘La Contra’ de ‘La Vanguardia’ desde que se creó en enero de 1998. Comenzó a ejercer como periodista en el ‘Diari’ y en Ser Tarragona. 

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