Quim Torra en Reus, más de lo mismo

El president consume sus esfuerzos en alentar el Procés relegando la acción de gobierno. Su gestión, la peor valorada

 

27 enero 2019 00:26 | Actualizado a 27 enero 2019 00:30
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Temas:

Quim Torra asumió la presidencia de la Generalitat con el encargo específico de Carles Puigdemont de mantener vivo el conflicto con el Estado y forzar hasta los extremos la dialéctica de la confrontación. En ello ha centrado sus esfuerzos dejando de lado la acción de gobierno. Los periplos de Torra por Catalunya obedecen en primer término a alentar y dar ánimos a la resistencia del Procés. Así, durante la estancia de ayer del president de la Generalitat en Reus tuvo poco rato para las cuestiones de la administración y en cambio destinó el tiempo que hizo falta a dar apoyo a los grupos de movilización. Torra lanzó la arenga «a todos los partidos independentistas catalanes para que no abaraten nuestros sueños y mantengan la unidad de la manifestación del pasado 11 de Septiembre, cuando se colocaron todos tras la misma pancarta». También ha insistido en que su propósito al frente de la Generalitat es convertir Catalunya en un estado independiente: «Mi único objetivo es hacer la República». El problema radica en el hecho de que este objetivo se realiza a costa de los intereses generales del país, que cada vez más percibe la desidia institucional. En una palabra, Catalunya sufre cada vez más las consecuencias de carecer de un gobierno que cumpla plenamente con las obligaciones que le corresponden. No sólo se trata de un percepción. Las últimas encuestas lo avalan. Después de ocho meses de Quim Torra, el Govern  obtiene una nota media de 4,66 entre los encuestados por el CEO, un valor que está por debajo de los obtenidos en series anteriores. En diciembre de 2016, con el expresident Carles Puigdemont al frente del Ejecutivo, y en octubre de 2011, con Artur Mas en Palau y una gestión marcada por los recortes. El 4,66 que obtiene el Govern de Torra es menor que el 5,5 que obtuvo el de Puigdemont y el 4,96 que cosechó el de Mas. Quim Torra debía darse cuenta que relegar la responsabilidad de gobierno es el peor servicio que puede hacerse a sí mismo. ¿O quizás espera captar adeptos para la República con su inopeerancia?

 

Comentarios
Multimedia Diari