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    Otra masacre en una escuela de EEUU

    25 mayo 2022 20:33 | Actualizado a 26 mayo 2022 07:00
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    «¿Qué estamos haciendo? Tenemos más tiroteos masivos que días tiene el año. Nuestros hijos tienen miedo cada vez que ponen un pie en el aula por si son los siguientes. ¿Qué estamos haciendo?». Con estas palabras, el senador demócrata por Connecticut Chris Murphy ponía el dedo en la llaga de uno de los problemas más graves que padece Estados Unidos.

    Lo hacía con la voz rota por el dolor que causa la última masacre, perpetrada por un joven de 18 años en una escuela de Texas, en la que entró armado con una pistola y un rifle de asalto semiautomático y disparó contra todo lo que se movía, causando la muerte a 19 niños y a dos maestras antes de ser abatido por la policía. Y es que, a pesar de la reiteración con que se produce este tipo de actos en el país americano, el Congreso lleva más de dos décadas sin limitar la posesión de armas, protegida en la segunda enmienda de la Constitución.

    Guardar un minuto de silencio por las víctimas pero no limitar el acceso a las armas es de una hipocresía insultante

    En ello tiene mucho que ver la influencia del poderoso lobby de la Asociación del Rifle, que financia buena parte de la campaña de numerosos políticos, sobre todo entre las filas republicanas. Contra ellos iba dirigida gran parte de la ira de muchos estadounidenses, que se sintieron representados en el entrenador de los Warriors de la NBA, Steve Kerr, quien se confesó «muy cansado de ofrecer condolencias a las familias devastadas. Ya es suficiente. Hay 50 senadores ahora mismo que no votarán sobre el control de armas porque quieren conservar su propio poder».

    Sí, efectivamente Estados Unidos tiene un grave problema. En 2020 se registraron más de 43.000 muertes por armas de fuego, a las que se puede acceder con una facilidad que asusta. No querer revisar la ley, no abogar por limitar y dificultar el acceso a las armas mientras guardan un minuto de silencio por las víctimas de los tiroteos es de una insultante hipocresía. Porque, como concluye Chris Murphy, «los pensamientos y las oraciones ya no son suficientes».

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