En 1669 fueron publicados los ‘Pensamientos’ de Blaise Pascal, uno de los cuales dice: «…He descubierto que todas las desgracias de los hombres derivan de una sola cosa: no saber estar tranquilos en una habitación».
El filósofo francés daba este remedio «a las diversas agitaciones de los hombres, los peligros y desgracias a los que se exponen, en la Corte, en la guerra…».
Los motivos no son actualmente los que él consideraba en el siglo XVII, pero el remedio ha sido el mismo: quedarse en casa. Los ingleses acuñaron «My house is my castle».
Encerrados en nuestro castillo, esperamos ahora que pase la peste.
Y nuestro pensamiento va por las víctimas y por los valientes profesionales que luchan contra el virus fuera de nuestras murallas.