Las armas de Putin

Si a la fuerza militar se le une el hostigamiento con noticias falsas, nos encontramos ante la ofensiva perfecta

28 febrero 2022 09:38 | Actualizado a 28 febrero 2022 09:42
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La verdad es la primera víctima de una guerra. Esto es algo conocido a lo largo de la historia. Todos utilizan la propaganda como un arma más y no reparan ni en medios ni en gastos para intentar inclinar a su favor la opinión pública, sobre todo interna, pero también en los países adversarios.

Divide y vencerás, era la táctica más utilizada por los romanos y se ha venido modernizando con los años, según progresaban las nuevas tecnologías. Debemos ser conscientes del riesgo que enfrentamos.

En estos momentos, la televisión sigue siendo uno de los objetivos principales a la hora de planificar una campaña de desinformación y noticias falsas, pero se le añaden las redes sociales que tienen un alcance masivo y rápido, y son más fáciles de manipular.

Las bombas siegan vidas, destruyen edificios y amedrentan voluntades. Si a la fuerza militar se le une el hostigamiento con noticias falsas que van minando la moral y el ánimo de las sociedades enfrentadas, nos encontramos ante la ofensiva perfecta.

No es nada nuevo el uso que hace el régimen del presidente ruso, Vladímir Putin, y su círculo de poder integrado por los altos mandos militares y los llamados oligarcas que controlan y manejan los mandos del poder.

No hace falta mencionar los medios oficiales de propaganda rusa porque son de todos conocidos y su actividad se viene incrementando desde 2014 cuando se desencadenó la crisis en Ucrania.

Desde entonces, son múltiples los ejemplos de injerencia rusa en todos los países considerados ya enemigos entonces por la aplicación de sanciones económicas y comerciales que han condicionado en parte las ambiciones de Putin.

Los ciberataques contra instituciones, organizaciones y empresas de todo tipo en Occidente, y en estos días en Ucrania, han provocado graves daños de funcionamiento y de pérdida de información confidencial.

Al final, la opción de Putin contra Ucrania ha sido total: es decir con armas convencionales por tierra, mar y aire, por norte, este y sur; y con guerra híbrida que pretende el desgaste técnico e informático, y también la desmoralización y la pérdida de voluntad de resistencia y de lucha para intentar contener la invasión.

Putin utiliza tácticas ya conocidas por su eficacia con los nazis de la mano de un fanático Goebbels por lo que la respuesta debe ser total por nuestra parte.

No se trata de retirar el vodka de los bares, también sus medios de propaganda de las diversas plataformas de comunicación. Ucrania se presenta como un primer experimento de un régimen que pretende someter por la fuerza a todos los países de su pretendida órbita rusa.

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