Han ocurrido muchas cosas desde que hemos regresado a la teórica normalidad después de los cierres por imperativo legal provocados por la Covid. Las primeras consecuencias no se hicieron esperar, muchos pequeños y medianos comercios se vieron en la obligación de bajar sus persianas y cerrar, definitivamente, comercios abiertos hace muchos años, que han formado parte la historia de nuestros municipios.
Recordemos que mientras algunos gobernantes ayudaron totalmente al tocado comercio de proximidad, otros alcaldes, de municipios de Tarragona y de la provincia, se dedicaron a mirar el reflejo de los rayos solares sobre nuestro mar Mediterráneo en las salidas y puestas de sol, es decir, ignorando en realidad la situación del comercio.
Algún ayuntamiento, aun estando cerrados los comercios durante el año 2020 y gran parte del 2021, cobró íntegramente la tasa de la basura, sin tenerla que recoger, pese a que esta tasa se paga por la contraprestación del servicio. Es más, habiendo sugerido y pedido a algún alcalde la devolución o compensación con la de años posteriores, la respuesta fue NO o jamás se produjo. Es muy bueno recordar esto ahora que estamos a menos de dos meses para las elecciones municipales, dado que muchos de los que ahora están gobernando creen que la memoria es débil y todo se olvida con el tiempo.
Estamos viviendo tiempos muy difíciles, los créditos ICO que muchos empresarios de pymes se vieron obligados a pedir para mantener las persianas abiertas y generando riqueza, ahora se encuentran con verdaderos problemas para retornarlos. La subida de los alquileres, de la energía, de los combustibles, provocados por la guerra en Ucrania, la considerable y brutal subida de los materiales y materia prima, el mínimo margen o pérdidas con que se tiene que luchar diariamente, los pagos a proveedores, etc. Y ahora, tenemos que añadir el anuncio de las negociaciones de los ‘convenios colectivos’.
La mayoría de nuestros jóvenes, cuando son consultados sobre lo que les gustaría ser de mayores, su respuesta es funcionarios. Sin duda, algo no funciona demasiado bien.
Para que el pequeño y mediano comercio pueda hacer frente a todos los problemas con los que a diario se encuentra debe formar parte de una asociación de comerciantes y estar en la patronal, donde nos ocupamos y preocupamos en darles la protección necesaria. Y es absolutamente necesario que los gobernantes, asociaciones, ayuntamientos y todos nosotros unamos esfuerzos para remar en la misma dirección y evitar el cierre de comercios de proximidad, absolutamente imprescindibles en nuestras vidas.
No quiero pasar por alto el gran deterioro urbanístico que ocasiona a la ciudad de Tarragona el constante cierre de locales comerciales. La gran mayoría cierra con gran dolor. Será por algo, ¿verdad? En algunas calles céntricas esto provoca grandes problemas de abandono, suciedad, una pérdida importante de encanto como reclamo turístico.
Desde PIMEComerç nos ofrecemos a colaborar y trabajar con el Ayuntamiento, URV, asociaciones, colegios oficiales, etc... para encontrar soluciones que son urgentes, al igual que venimos haciendo con otras ciudades y poblaciones de toda Cataluña. Todos tenemos la obligación de recuperarla como referente en el mundo, no solamente por ser la segunda capital de Cataluña, sino por su gran belleza, legado histórico y gran destino turístico. Debemos conseguir y convertirla nuevamente en gran atracción empresarial capaz de generar con mayor asiduidad medianas y grandes inversiones.
Como ya he dicho, estamos en campaña electoral. Me pregunto, ¿lo tendrán en cuenta los alcaldables de todos los partidos políticos que tienen intenciones de presentarse a gobernar nuestra ciudad? Alguno sí, sin duda, porque ya me lo ha confirmado, pero, ¿tendremos la respuesta y el compromiso de todos? Lo dudo, pero lo veremos.