En tiempos de redes sociales y fugacidad, hay tres lugares en Tarragona que son verdaderos templos del saber. Dos de ellos, la hemeroteca y el archivo municipales, comparten espacio en la Tabacalera.
Perderse entre tomos antiguos de prensa permite sonreír ante las vicisitudes de nuestros antecesores o indignarse porque hay cosas que nunca cambian en pelacanyalandia. Ver las fotos, previa solicitud, de nuestro pasado es una gozada.
El tercer lugar es la biblioteca de la calle Gasòmetre. Un cartel que tienen colgado dice: «¿No puedes dormir? No cuentes ovejas, lee. Apaga la tele. Sintoniza un libro. Abre tus horizontes.
Lee para divertirte. Lee para informarte». Gran consejo. La sala de consulta de la Tabacalera y la biblioteca son dos sitios ideales para refrescar la mente. Y el cuerpo. Se está de fábula. Vayan. No se arrepentirán.
