La lucha contra las palomas sigue más viva que nunca en Tarragona. Tanto el puerto como el Ayuntamiento están poniendo todo de su parte para acabar con una plaga que fastidia el día a día de los tarraconenses. La concentración de excrementos, gravemente perjudiciales para la salud, muestra la gran cantidad de palomares que hay en la ciudad. El Ayuntamiento determina que la cifra asciende, almenos, a unos 400 puntos negros. La mayoría de los palomares se encuentran en solares vacíos, en edificios abandonados propiedad de grandes tenedores o en tejados mal cuidados.
Con los datos encima de la mesa, el Ayuntamiento quiere aprovechar el nuevo contrato contra las plagas para cambiar de estrategia. La idea es dejar de instalar jaulas, que han visto que no sirven para nada, y apostar por medidas de carácter más preventivo, como por ejemplo la instalación de redes protectores.
Este año, el Consistorio ha abierto un total de 30 expedientes, de los cuales 12 han sido resueltos. Es decir, la propiedad ha puesto remedio, ya sea instalando redes o cerrando ventanas. Los 18 expedientes restantes están en tramitación y, en la mayoría de los casos, el Ayuntamiento ya ha iniciado la maquinaria de los requerimientos formales.
«Cuando vemos que hay una calle o una acera llena de excrementos, sabemos que muy cerca hay un palomar», explica Sonia Orts, concejal de Neteja del Ayuntamiento de Tarragona. Es el caso de la calle Gasòmetre. A la altura del número 8, la acera estaba repleta de excrementos. Daba asco. Resulta que en el tejado había un palomar lleno de nidos y nadie lo sabía. El Ayuntamiento requirió al propietario y éste cerró ventanas e instaló una red.
Otro de los puntos negros es la calle Girona. En este caso, las palomas hacían sus nidos en los agujeros de un muro que hay en la calle. Los técnicos taparon los huecos y ahora las aves se han instalado en el cableado eléctrico.
La situación era extrema en un edificio de la calle Espinach de El Serrallo. El inmueble estaba abandonado y las palomas se habían hecho las dueñas absolutas. Plumas, excrementos y aves muertas. La tramitación de este expediente se inició en 2021. «Requerimos a la propiedad hasta en tres ocasiones y no había manera de contactar. Incluso le pusimos tres multas. Finalmente, localizamos al titular –un ciudadano de Uruguay◘–, y lo ha solucionado», explica una técnica de Neteja del Ayuntamiento. El edificio de al lado, propiedad de un fondo buitre, sigue plagado de palomas.
Otro punto negro se encuentra en la Rambla Vella, al lado del Highland. Se trata de un edificio que solo conserva la fachada y que, por detrás, cuenta con una estructura de hierro, perfecta para las palomas. En Estanislau Figueras o en la Plaça Pallol también hay palomares.
Los barrios tampoco se salvan. Una vecina de la calle 7 de Bonavista está desesperada porque vive al lado de un palomar. No puede ni tender la ropa. Se trata de un edificio, propiedad también de un fondo buitre, que quedó a medio construir.
Multas de hasta 3.000 euros
Cuando el Ayuntamiento identifica un punto negro emite un informe e inicia un expediente. El propietario del inmueble donde hay el palomar cuenta con cien días para tomar las medidas necesarias, que son el cierre de las ventanas y la instalación de una red para evitar que vuelvan a ponerse las palomas.
Si el plazo se agota, se avisa formalmente al titular y, el siguiente plazo es una multa coercitiva de 300 euros. Si pese a la sanción tampoco se soluciona, se interpone una segunda multa de 1.000 euros y una tercera de 3.000 euros. El último paso es hacer una ejecución subsidiaria. El Ayuntamiento actúa y luego embarga la cantidad al propietario. Por el momento, desde Neteja no se ha llegado a este extremo.
«Sí que se ha actuado de forma subsidiaria en un edificio de la calle Estanislau Figueras. Se tramitó desde el departamento de Disciplina Urbanística porque el inmueble tenía problemas estructurales. El edificio estaba plagado de palomas», explica Orts. No es casualidad ya que, por norma general, estos puntos negros se encuentran en solares o edificios abandonados.
Subvenciones contra palomas
Aprovechando el nuevo contrato contra las plagas, el Consistorio ha decidido cambiar la estrategia, dejar de instalar jaulas y apostar por medidas más preventivas. La nueva empresa adjudicataria ayudará a los técnicos municipales a elaborar los requerimientos y deberá hacer un mínimo de 250 visitas a edificios donde haya palomares.
Las principales recomendaciones serán limpiar y desinfectar, cerrar ventanas y agujeros, e instalar redes. El Ayuntamiento está estudiando la posibilidad de abrir una línea de subvenciones para ayudar a los propietarios a poner en marcha estas medidas.
Por otro lado, la concejala Sonia Orts anima a la ciudadanía a ponerse en contacto con el Consistorio en caso de identificar un nuevo palomar o punto negro. Se puede hacer a través del teléfono verde (977296222), del correo electrónico mediambient@tarragona.cat o por la aplicación EPP.
El nuevo contrato asciende a 110.000 euros y cuenta con una partida de 12.000 euros dedicada a inversiones. Principalmente irán destinados a edificios públicos y a monumentos históricos dañados por las palomas, como por ejemplo el Passeig Arqueològic.
Frente común
La colaboración entre Port de Tarragona y Ayuntamiento es fundamental en la lucha contra las palomas. Por primera vez en muchos años, ambas instituciones reman hacía la misma dirección con un mismo objetivo.
Después de que un informe determinara que el Port es el comedor de las palomas, y por lo tanto el principal atractivo para estas aves, la Autoritat Portuària ha puesto en marcha algunas medidas como el incremento de limpieza, el cierre de los silos y la instalación de redes en las naves de grano. «El puerto se encarga de que no coman, y el Ayuntamiento de que no duerman», dice Orts.
Representantes del Ayuntamiento y del Port de Tarragona se reunirán mañana en una sesión informativa monográfica, que se hablará exclusivamente del tema de las palomas. Se trata de una mesa bilateral donde se darán a conocer los pasos adelante que se han dado en esta línea.