De ruta por Tarragona: El laberinto de fuego

Exploramos en La Febró el inhóspito laberinto que sirvió a los maquis en su lucha antifranquista, un fenómeno que contribuyó al proceso de abandono de poblaciones como La Mussara

04 octubre 2023 19:29 | Actualizado a 05 octubre 2023 07:00
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Els Avencs de La Febró no son las únicas simas de las Muntanyes de Prades, ni tan siquiera las únicas del municipio que les da nombre. Es cierto que son las más profundas del lugar, pero tampoco son las más largas. Ese mérito le corresponde a Els Avencs de Els Motllats de La Pona, la última línea de fuego de los guerrilleros que mantuvieron un pulso con el franquismo concluida la Guerra Civil.

Los maquis, un término de origen francés acuñado durante la ocupación alemana de la Segunda Guerra Mundial, son aquellos antifranquistas organizados que se opusieron al régimen tomando las armas y echándose a la montaña. El fenómeno se produjo de igual forma en las Muntanyes de Prades, donde contribuyó al proceso de abandono de poblaciones como La Mussara y aprovechó sus cuevas y simas. En la ruta de esta semana, exploramos el inhóspito laberinto que sirvió a los maquis.

Instrucciones de la ruta

La ruta puede emprenderse en el refugio de La Mussara, lo que supone visitar antes el despoblado, o en la suerte de aparcamiento de tierra que hay a un lado de la TV-704, en concreto, en el kilómetro 22. Ambas opciones coinciden en el cruce de caminos del Pla de l’Agustenc, donde tomaremos la senda de la izquierda, el Gran Recorrido (GR) 7, hasta que podamos desviarnos a la derecha por un sendero en apariencia poco transitado. Si lo seguimos sin desviarnos, caminaremos en paralelo a las grietas hasta alcanzar la Roca del Migdia. Els Avencs de Els Motllats de La Pona presentan un laberinto de paisaje homogéneo en el que es fácil desorientarse, sobre todo en la primera visita. Por esta razón, utilizaremos una aplicación de geolocalización y procuraremos memorizar el camino de entrada a las grietas para poder deshacer nuestros pasos si fuera necesario.

$!Una de las simas de Els Avencs. Foto: Santi García

Nos adentraremos en el laberinto desde la Roca del Migdia, siendo recomendable explorar una porción para volver o bien por el camino de ida o bien por el sendero paralelo que hay al otro lado de las grietas.

Dificultad de la ruta

Determinar la dificultad de una ruta ya es de por sí una dificultad. Por suerte, existen escalas de graduación que establecen la dureza a partir de factores observables. El Método SENDIF, creado por la Taula de Camins de l’Alt Pirineu i Aran, sostiene que la dificultad de un itinerario de senderismo depende, por una parte, del esfuerzo físico que este supone y, por otra parte, de los obstáculos del camino.

$!Grieta bañada con colores del otoño. Foto: Santi García

Desde el punto de vista de la dificultad física, el recorrido es de dureza moderada. Los múltiples cruces, puntos de interés y obstáculos obligan a aminorar la marcha reduciendo la exigencia cardiovascular. Se trata, en resumidas cuentas, de una ruta en la que los elementos técnicos son los protagonistas.

Es fácil perder la senda, sobre todo en el interior de las grietas, conque conviene estudiar el itinerario o apoyarse en elementos de baja tecnología, como un mapa, por la escasa cobertura. De igual importancia serán los bastones a fin de evitar caer en sus múltiples pendientes.

$!Camino de acceso al Pla de l’Agustenc. Foto: Santi García

A pesar de que pueda parecerlo, el fenómeno de los maquis no fue algo nuevo, sino que encontró sus antecedentes, por una parte, en la guerra de guerrillas de la Guerra del Francés (1808-1814) y, por otra parte, en el bandolerismo del siglo XVII. De acuerdo con Els Maquis, la resistència armada contra el franquisme, un libro coordinado por Pelai Pagès, los primeros opositores surgieron en el desarrollo de la Guerra Civil en los territorios dominados por el ejército insurrecto.

Los grupos se reactivaron a medida que concluía la Segunda Guerra Mundial con la esperanza de que los aliados intervinieran y se restableciera la Segunda República. El fenómeno estaba formado por quienes o bien confiaban en una eventual participación aliada o bien fracasaron en su intento por cruzar la frontera con Francia.

Maquis: las Muntanyes de Prades

Así como hubo diferentes tipos de maquis, hubo diferentes formaciones. Entre los más destacados estaban ‘Els Patacons’, nombre con el que se conoce al grupo que formaron Ramon Roig Recasens, quien había nacido en la masía Patacó de Mont-ral, y los hijos que decidieron acompañarlo. El libro Vilaplana: aproximació a la seva historia, costums i tradicions, de Maria Anna Vernet, nos cuenta que, en lugar de unos valerosos luchadores por la libertad, fueron una agrupación criminal sin vinculación política.

$!Una de las entradas a Els Avencs. Foto: Santi García

Otro caso es el de Emiliano Fernández Castro, un soldado ciudadrealeño que a su vuelta del exilio fue sorprendido por la Guardia Civil. Así las cosas, se instaló en La Selva del Camp hasta que, debido a unos interrogatorios, huyó a la montaña para integrarse en un grupo de guerrilleros escondido en una sima de La Riba. Estas solo son dos de las muchas historias de los opositores que encontraron en la montaña una última esperanza frente al franquismo.

Comentarios
Multimedia Diari