Los barrios del sur de Reus, críticos con el paso bajo nivel planteado en Bellissens

Mas Iglesias y barrio Montserrat apuestan para que pasen también coches y Juroca y Fortuny, por un puente elevado

22 marzo 2021 06:40 | Actualizado a 22 marzo 2021 10:14
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El futuro apeadero de Bellissens avanza en buena dirección. Adif prevé iniciar los trámites para licitar la redacción del proyecto durante los primeros meses de este 2021 –con la intención de que las obras estén listas en cuatro años–, mientras que el consistorio, por su parte, invertirá hasta 1,8 millones de euros para crear un paso peatonal por debajo la vía. Así lo anunciaba públicamente el Ayuntamiento de Reus la semana pasada. Se tratará de una nueva conexión entre los barrios de la zona sur de la ciudad con la zona de Bellissens. No obstante, los vecinos se muestran críticos con el planteamiento del consistorio. Y aunque coinciden en que es necesario ganar accesibilidad, discrepan en el cómo.

Desde los barrios de Mas Iglesias y Montserrat se considera que lo ideal sería que el paso sea también para vehículos. «Sería una tontería que el paso fuera sólo para peatones porque actualmente ya tenemos dos. Si se hace uno de nuevo, que se haga bien. Toda la ciudad ganaría», opina el presidente de la Associació de Veïns El Roserar, Francesc Jornet. En esta línea se expresa desde el barrio Montserrat su presidente, Domingo Martínez, quien también destaca que la intención de hacer un paso es positiva, «pero que sea también para vehículos». Recuerda que, actualmente, para acceder a la zona de Bellissens «tenemos que dar mucha vuelta», por lo que cree que con un paso se ganaría en accesibilidad, además de descongestionar la avenida de Bellissens.

Por otra parte, tanto desde el barrio Fortuny como el Juroca se recuerda que inicialmente se preveía construir un puente elevado, opción que consideran que sería la más idónea. Cori Balanyà, presidenta de la asociación vecinal del barrio Fortuny, considera que los pasos subterráneos «conllevan incivismo y, por lo tanto, inseguridad». «Solo cabe recordar que en los años 80 se abrió un paso de este tipo y se cerró al cabo de un tiempo porque había problemas día sí y día también», dice.

Así también lo recuerda Pepita Roig, desde Amics del Barri Fortuny, quien tampoco cree en este tipo de infraestructura: «Funcionan si realmente hay movimiento. Sino, sólo son foco de problemas». Según detalla Balanyà, y tras haber consultado entre el vecindario, «la gran mayoría comentan que no pasarán por la zona a raíz de esta experiencia previa. Son pasos que quedan escondidos y conllevan incivisimo». Es por este motivo que cree que con un paso elevado se gana en visibilidad y, a la vez, crea también nuevas conectividades. «Aunque en este caso también tendría que garantizarse la accesibilidad para personas con movilidad reducida», puntualiza por su lado Pepita Roig. Desde el barrio Juroca, su presidente, Manolo Villalba, reclama recuperar el proyecto del puente elevado: «Si ya había esto previsto en los planes parciales, ahora no entiendo que se salga con otro proyecto».

Lo que comentan desde todos los barrios de la zona sur es que lamentan que el proyecto se haya presentado públicamente «y a nosotros nadie nos ha preguntado», exclaman. Francesc Jornet, desde Mas Iglesias, lo tiene claro: «No nos esperaremos a que nos llamen, expondremos antes nuestro punto de vista».

Con lo que sí están todos de acuerdo es con la creación del futuro apeadero. «Hemos luchado mucho para este proyecto. Revitalizará la zona sur y toda la ciudad saldrá beneficiada. Teniendo el hospital y la universidad, era más que necesario», exclama Marcos Massó, presidente de la Federació d’Associacions de Veïns de Reus.

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