Devolver al ‘Gaudí Nen’ su color y brillo originales

La escultura del «Gaudí Nen», situada en la calle de la Amargura, se retiró el pasado mes de junio para su restauración, un proceso necesario teniendo en cuenta sus 20 años de «edad». El conjunto se había colocado en 2002 para conmemorar el Año Gaudí y, este verano, la obra de Artur Aldomà Puig tuvo que pasar por el taller para recuperar su imagen original.

La Foneria Artística Ginfer fue la empresa que se hizo cargo del proyecto, como cuenta su copropietario, Luis Vidiella, que «el gerente del Patronato de Turismo de Reus, Josep Maria Cabré les llamó para encargarles la restauración».

Vidiella comenta que «el estado de la escultura era bastante bueno», aunque destaca el deterioro de las «canicas doradas», cuya superficie y rodamientos estaban desgastados por el uso y no giraban como deberían. Partiendo de esa base, el proceso de restauración fue sencillo, se quitaron los elementos y se empezó de cero.

Desde la Foneria Ginfer describen que «primero, limpiaron completamente la estatua con agua y arena, la volvieron a cubrir con ácido para conseguir esa pátina verdosa y luego la protegieron con cera». De este modo, la figura que representa a Antoni Gaudí en su niñez «quedó casi como el primer día», afirma Luis Vidiella.

En cuanto a las bolas, se limpiaron, pulieron y un planchista, las volvió a barnizar en el fuego. También, engrasaron los engranajes interiores para que su carácter interactivo permaneciese intacto. El banco, en cambio, siguió fijo en el suelo durante el proceso y solo limpiaron alguna zona. «Como es de hierro, no se puede hacer gran cosa, le dimos una imprimación para protegerlo de las inclemencias meteorológicas», relata el restaurador.

Así, el proceso se alargó hasta principios de agosto, cuando se volvió a colocar en su sitio al «Gaudí Nen». El proyecto no presentó grandes obstáculos, pero Luis Vidiella señala que las principales dificultades fueron logísticas, ya que la baja altura del banco les dejó poco espacio para desmontar y montar todas las piezas.

Por ello, intervino la brigada municipal que se encargó de cortar y soldar la plancha metálica que protege los rodamientos –y evita que la gente se haga daño– en la parte inferior del banco.

El paso del tiempo

Después del trabajo de la Foneria Artística Ginfer, la escultura no solo regresó a su ubicación original, sino que ha recuperado su color y brillo originales. Ahora, luce igual que el día en el que empezó a «compartir» espacio con los y las reusenses.

Con todo, aseguran que la restauración durará más o menos en función de muchos factores. «El bronce es para siempre, los rodamientos se llenarán de polvo y se deteriorarán, el barniz se levantará, depende de cuánta gente la toque o ensucie», valora Vidiella.

Sin embargo, tratándose de una escultura pública tan accesible y que forma parte de algunas de las rutas culturales de la ciudad, «lo bonito del “Gaudí Nen” es que la gente se pueda sentar y tocarla; hay otras que son para verlas, pero esta existe para jugar con ella. Si la vallas, ¿qué gracia tiene esta obra?», concluye.