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«Este trabajo es vocacional, pero desmotiva que la empresa no nos valore»

Las trabajadoras del Servei d’Atenció Domiciliària de Reus siguen luchando para mejorar sus condiciones laborales, aunque sus reivindicaciones siguen «en pausa y estancadas»

13 abril 2024 21:58 | Actualizado a 14 abril 2024 07:00
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Las trabajadoras del Servei d’Atenció Domiciliària (SAD) de Reus siguen en lucha con el fin de mejorar sus condiciones laborales, aunque sus reivindicaciones están «en pausa y estancadas». De momento, «el asunto no ha cambiado desde que protestamos en Reus este pasado febrero. Seguimos pidiendo lo que pedimos desde hace un año a la patronal, y es que se dignifique nuestro sector, con un convenio para tres años, condiciones justas relacionadas con subidas para actualizar el salario, y en términos de salud, complementos salariales por si hay incapacidad laboral por accidente en el trabajo». Porque «para cuidar, tenemos que estar bien».

Como sector, huelga decir, que se han ido realizando más reivindicaciones, como una en marzo en Barcelona. El «malestar emocional y la preocupación» es algo con lo que las trabajadoras dicen tener que convivir cada día. Varias de ellas cuentan al Diari desde Reus –donde la cifra de afectación, dijeron desde CCOO en la protesta de febrero, es de un centenar de empleadas– qué supone trabajar en esta profesión en la ciudad. Unimos varios relatos.

«Yo empecé hace casi 20 años en el sector, con sustituciones, y este trabajo es vocacional. Te tiene que gustar lo que haces, y lo cierto es que, a pesar de las condiciones, es un trabajo en el que me siento realizada. Ahora bien, desmotiva que la empresa no nos valore, y las condiciones relativas a lo sanitario han ido empeorando, a raíz de cambios por los que ha pasado la empresa», detalla una de las empleadas.

Tener una titulación y estar formada en el ámbito es algo que valoran las profesionales y creen que «debería reflejarse en el sueldo». Las formaciones que nos imparten, aun así, «y, a veces, nos parecen trámites, porque no nos son útiles para el día a día».

Ir de una punta a otra

Muchas de las trabajadoras van caminando, en bus o en patinete a trabajar. Lo «complicado», apunta otra de las interpeladas, es «cuando entre casa y casa tienes que recorrer una gran distancia con poco margen de tiempo, con lo que llegas tarde y quedas mal ante la familia que te toca atender». Y todo, «porque montan unos itinerarios imposibles, que te hacen ir de una punta a otra de Reus». Cuando esto sucede «somos nosotras las que damos la cara y solo nosotras quienes pagamos las consecuencias, ya sean malas caras de la familia o que ésta ya no quiera que la atiendas». Otra trabajadora, que acude a Reus en coche, dice que, «en según qué zonas, no hay aparcamiento, y además de tener que pagárnoslo nosotras, es también una inversión de tiempo que te hace llegar justa a todos lados».

«Yo empecé con mucha ilusión, ya tenía experiencia anterior y lo complementé con una titulación más. Al empezar haciendo sustituciones, la verdad es que lo vi todo muy bien. Con el tiempo, aun así, la presión se me echó encima, porque el horario es extenso y te limita mucho», detalla otra. Y es que, en lo que se refiere a horarios, otra de las profesionales apunta que «hay jornadas laborales en las que, sencillamente, no nos ganamos la vida y, además, nos dividen el día entero». Por ejemplo: «Puedes tener una hora de atención en una casa, luego tres horas libres y otras dos más por la tarde en otro domicilio. No puedes hacer nada más». La unificación de horarios y trabajar sin bolsa de horas son otra de las reclamaciones de las empleadas, pues «llegamos a tener jornadas irregulares e improductivas».

Asignar tareas y la infraestructura necesaria

Las trabajadoras del SAD de Reus expresan sobre la asignación de tareas que, a menudo «no se realizan de forma realista». Una de las profesionales cuenta: «El sector es mayoritariamente femenino, pero también hay hombres realizándolo y, frecuentemente, nos asignan a trabajadoras con problemas de articulaciones levantar a peso a una persona que lo necesita; todo esto, siempre teniendo en cuenta que, por lo general, no tenemos la infraestructura adecuada con la que poder desempeñar con más facilidad nuestro trabajo». Esta fue una de las reclamaciones también destacadas por el sector en la protesta febrero realizada en Reus.

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