Inician las inspecciones del plan de mejora urbana del barrio Fortuny

Trece comunidades están de acuerdo con la segunda fase del proyecto para rehabilitar los edificios de la zona

19 mayo 2017 18:31 | Actualizado a 21 mayo 2017 16:48
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Trece comunidades vecinales del barrio Fortuny iniciaron el pasado viernes las primeras inspecciones para evaluar qué mejoras son las más urgente para rehabilitar el núcleo urbano del barrio. Dichas revisiones previas suponen el segundo paso del plan de reforma promovido hará cerca de cuatro meses desde la Associació de Veïns del Barri Fortuny. El objetivo se atañe a cambiar tanto el aspecto exterior como el interior comunitario.

Por su parte, la Federació d’Associacions de Veïns de Reus (FAVR) fue la encargada de proporcionar la supervisión técnica. En este caso, de la arquitecta Cristina Romagosa, quién fue la encargada de hacer la supervisión previa y fue la que dio comienzo el pasado viernes a las primeras inspecciones. «Se quieren promover unos cambios a largo plazo que inviertan en la calidad de vida de los residentes y también de aquellos habitantes que están aún por llegar», valoró el presidente de la Asociación de Vecinos, Daniel Marcos, que cree que es de suma importancia limpiarle la cara al barrio.

La uniformidad

El primer punto al que Cristina Romagosa se ciñió en las primeras inspecciones, fue en el de determinar «qué nivel de confort, de solidez y estabilidad podrían fortalecerse para ser más adecuados». El espacio comunitario fue el núcleo de análisis, pues«cada vivienda corre bajo la resposnsabilidad del propietario. Echamos un vistazo a cada edificio para determinar sus condiciones». Uno de los aspectos más llamativos para la especialista fue sobre todo la carencia de uniformidad de las fachadas y la precaria canalización de todas las tuberías visibles desde fuera. «Además, veo muchas galerías que antes habían sido abiertas y que, con el tiempo han sido cubiertas, pero de forma irregular. Esto ofrece un aspecto de poca uniformidad», opinó Romagosa señalando una de las fachadas, y planteó la formulación de unos criterios de homogeneidad. «Si algún vecino quiere poner una ventana nueva, que se establezca que todas serán del mismo color, por ejemplo», especificó.

El portavoz de la comunidad de propietarios, examinada en ese momento, Emilio Velasco, destacó tres puntos importantes a mejorar y «de suma importancia», como lo son el aislamiento de las ventanas que dan al pasillo comunitario «habría que cambiarlas por aluminio», la supresión de uralita exterior y la mejora de la instalación eléctrica.

Cabe decir que hay un total aproximado 75 comunidades de vecinos en el barrio. Desde la asociación vecinal se espera que «con las primeras reformas la participación crezca, pero también avisa de que la próxima subvención de l’Agència de l’Habitatge es este setiembre, eso añade presión, pero si les interesa deberíamos trabajar en ello desde ya».

Uno de los requisitos que se tuvo muy presenta en la inspección fue el de ajustarse al presupuesto. Y es que como afirmó Marcos días antes, «se fijó el gasto total aproximado por comunidad en unos 120.000 euros, teníamos la referencia de una derrama pagada por una de las comunidades del barrio que realizó una reforma, la cual pudieron financiar. Es atrevido decir que será ese será el precio».

Hecho el informe, los vecinos lo valoraran en asamblea. Por tanto, «no se puede ofrecer una previsión clara», especifica Marcos. Para amortizarlo todo se valoran tres tres pilares: ayudas del ayuntamiento; la subvención de l’Agència de l’Habitatge y la contribución de los vecinos.

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