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La empresa eléctrica municipal de Reus, Reus Energia, iniciará la compra de corriente en el mercado libre a partir de julio, tal como detallan fuentes del Ayuntamiento consultadas al respecto. Esto significa que adquirirá directamente energía verde para suministrarla, en primer término, a las instalaciones públicas, que hasta el momento se abastecen mediante un acuerdo con la Associació Catalana de Municipis.
El paso supone un avance importante para Reus Energia, que empezó a tomar forma hace dos años y medio, se constituyó como comercializadora este pasado invierno y tiene igualmente capacidad de producir. Otro objetivo final es alcanzar, también, a los vecinos.
La eléctrica se hace cargo de las plantas solares de autoconsumo con las que ya contaba el Ayuntamiento. Además, en 2022, puso en marcha seis instalaciones más y preparó otros 12 proyectos, algunos de los cuales se materializarán muy pronto. En detalle, para este 2023, el consistorio espera equipar con fotovoltaicas las cubiertas del Edifci de Mobilitat, Redessa II, el Dipòsit Municipal de Vehicles, el Mercat Central, la Escola Rubió i Ors, las dependencias de Redessa en el Tecnoparc y el Pavelló Olímpic. Entre todas estas placas solares generarán hasta 3.213.411 kWh/año. Equivalen al consumo de 1.004 hogares, según cifras aportadas por el Ayuntamiento.
Recientemente, tal como señalan las mismas fuentes, se han licitado las obras de instalaciones en el polígono AgroReus y están en proceso las fotovoltaicas del Mercat Central, la Escola Rubió i Ors, el Pavelló Olímpic y Redessa Tecnoparc. Están en proyecto las de la Central de Recollida Pneumàtica, la Escola Mowgli, la Escola Isabel Besora, Redessa Cepid y Redessa Viver. Algunos colegios ya tenían placas y se amplía su capacidad.
Más allá de arrancar la compra de energía verde en el mercado libre, «continuaremos incorporando nuevas instalaciones a los edificios municipales», indica el consistorio. Y precisa que, «cuando acabe el año, podremos decir que el Ayuntamiento de Reus ya produce con medios propios la energía equivalente al consumo de, aproximadamente, un millar de hogares», cuestión que «repercutirá en un ahorro importante para las arcas municipales».
La concreción de este ahorro esperado se calculará coincidiendo con el cierre del ejercicio 2023. La finalidad de todo es «seguir avanzando hacia una transición energética y un cambio de modelo que recupere la energía como servicio público».
Hace poco, en marzo, se incorporó un sistema de monitorización de las instalaciones fotovoltaicas propias para controlar en tiempo real la producción de energía y los consumos de los edificios, con la eficiencia en el foco. Funciona ya en cinco centros de enseñanza. El mecanismo permite obtener datos sobre la generación y el uso de la electricidad que se emplearán, también, para elaborar predicciones en el contexto de la lucha contra el cambio climático. La previsión es que el sistema quede, a corto plazo, vinculado a la web de Reus Energia para que las estadísticas sean consultables en todo momento.
El nuevo Pla d’Acció per l’Energia i el Clima (PAESC) 2022-2030 de Reus analiza la situación en la ciudad y concluye, a grandes rasgos, que «Reus tiene por desarrollar un gran potencial de producción local de energía eléctrica sobre las cubiertas de los edificios públicos y privados».
El mismo PAESC especifica, con datos de 2019, que el consumo de energía de fuentes renovables en el municipio ronda el 10,19%, aunque es probable que el porcentaje haya aumentado en los últimos tiempos. La información de 2019 señala que el 98,1% de la electricidad consumida en Reus llega procedente de fuentes externas.
Abaratamiento e independencia
El despliegue de la actividad comercializadora y la generadora de Reus Energia, tal como ya explicó el gobierno reusense en diciembre, busca conseguir electricidad sostenible y más barata y lograr la independencia del mercado eléctrico. La empresa municipal –que es, en realidad, una división de Reus Serveis Municipals– completó en diciembre los trámites para operar en el mercado eléctrico y podrá proveerse en el mercado libre y vender corriente al Ayuntamiento, complementando así las fuentes de generación propias. Para ello, debe dotarse de un sistema de apoyo.
La eléctrica quiere ser un «elemento de arrastre y sensibilizador de la ciudadanía y del tejido empresarial para seguir hacia la implantación de modelos energéticos más sostenibles y próximos al territorio».
La comunidad energética del barrio Gaudí
A finales de 2020, el Ayuntamiento anunció la realización de estudios para la puesta en marcha de una prueba piloto de comunidad energética de autoconsumo con fotovoltaicas en el barrio Gaudí. La idea era dar lugar a una instalación en la cubierta de un edificio municipal que suministrase tanto a otros equipamientos cercanos como al vecindario dentro de un radio de 500 metros.
Fuentes del consistorio preguntadas por el progreso del proyecto explican que se encuentra pendiente de la fórmula para posibilitar este encaje. Por otro lado, en el polígono Agro-Reus prospera la comunidad energética de colaboración publicoprivada que llevará placas a varias naves y alimentará tanto empresas como edificios públicos.
