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    Mil y una maneras de combatir un verano sofocante

    Delante de uno de los veranos más calurosos de la historia, cada reusense ha buscado adaptarse a su manera

    21 agosto 2022 09:40 | Actualizado a 21 agosto 2022 09:42
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    Los meses de verano suponen un giro de 180º en nuestra vida. Durante esta estación, muchas rutinas se rompen para dar espacio a actividades distintas para combatir el calor, ya sea con escapadas, chapuzones o excursiones.

    En Reus, uno de los grandes pasatiempos es tomar algo (independientemente de la hora) en una terraza, y la Plaza Mercadal se erige como un sitio de referencia, acogiendo a Maria Teresa Virgili y Misericòrdia Manrique, dos amigas se ponen al día. La primera afirma que «un verano con tanto calor yo no lo recuerdo, y mira que he vivido años». Su método, dice, es «algunos días ir a la playa, otros pasarlos en casa y deja de contar». Además, admite ir casi cada día a la plaza a «refrescarse con las amigas, ponerse al corriente de todas las novedades». Menos flexible es su acompañante, que admite que «una vez llego a casa ya no me muevo, hasta el día siguiente, si Dios quiere, mi horario no cambia mucho». Coinciden ambas que la pandemia «ha separado a mucha gente», añadiendo con tristeza Manrique que «antes quedaba a diario con mis amigas en esta terraza, pero después del confinamiento prefieren quedarse en casa, no puedo hacer mucho más». Aun así, han podido aprovechar para poder visitar a sus familiares, con Manrique «unos días en Teruel para ver a su hija y en breves me iré a la Vall d’Aran con unas compañeras», mientras que Virgili, más comedida, se ha contentado con «pasar unos días en Salou con su sobrina».

    No todo el mundo puede aprovechar de la misma manera la temporada veraniega, ya que jóvenes como Héctor Garzón han visto cambiar su concepción de estos meses. Explica que «hace ya un par de años que trabajo, así que me quedo por la ciudad». Y es que explica que desde pequeño ha estado vinculado a Prades, pasando la mayoría de veranos de su vida ahí. Ha notado un aumento de reusenses que se acercan para combatir las inclementes temperaturas, mientras que en su caso intenta conciliar el horario laboral con su vida social, «intento subir los fines de semana o festivos, suelo hacer mucha vida familiar en la calle y en la piscina municipal». En Reus, busca combatir la monotonía «saliendo a comer o tomar algo, ya sea por la mañana o por la tarde». Asegura que eventos como la Festa Major de Sant Pere le ayudaron a romper la rutina, además de invitar a amigos a su piscina comunitaria. Es consciente de que «no todo el mundo tiene esta suerte» y aprovecha para pasar un buen rato a la par que combate el calor, asegurando también que «es una buena época para actualizarse con algunas películas y series pendientes».

    Judith Fernández es otro caso que dedica parte de su tiempo a conseguir ingresos para el curso. «Trabajando 40 horas resulta complicado encontrar huecos, aunque el turno partido me permite unos momentos libres». Admite que con sus condiciones «es imposible poder marcharse fuera, así que intento aprovechar los días festivos para, al menos, ir a la playa». Destaca que en su sitio de trabajo «por suerte no paso demasiado calor, el problema es refrescarse en casa con el precio al que va la luz».

    Cada persona encierra un verano con una historia distinta, aunque todos comparten la necesidad de recuperar las relaciones sociales.

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