Un paseo por lo que fue la calzada del Raval de Reus

Crónica. Los transeúntes se acostumbran, poco a poco, a caminar por el tramo que hasta hace unos meses era para los coches

06 enero 2022 06:40 | Actualizado a 06 enero 2022 16:52
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Alrededor de 40 días habrá permanecido abierto a la circulación a pie el tramo del Raval de Santa Anna entre la plaza Prim y la calle de Santa Anna, desde que en noviembre el Ayuntamiento puso en pausa las obras y levantó las vallas tras completar el grueso de su proyecto de peatonalización. Con la reforma de la plataforma central prácticamente lista –a un único nivel, aunque aún a la espera de que se aplique un color rojizo al asfalto y se coloque mobiliario–, parece que los transeúntes han ido haciéndose suyo el espacio y cada vez se ven más viandantes paseando por lo que antes era la calzada y donde ahora se limita el acceso de los vehículos a motor.

El peatón gana espacio al coche y, en medio de la novedad, algunos comercios perciben esta transformación urbanística como un beneficio. Es el caso de Sensitive CBD, que se inauguró en el Raval el 18 de diciembre. Tras su mostrador, Àlex Pellicer explica que la peatonalización fue un punto a favor en la decisión de instalar el negocio en este ámbito de la ciudad y valora que «si hay tráfico de coches, no pasa tanta gente y se vende menos». «El centro es comercial y la mayoría va a pie; Reus es pequeña y la gente no gasta donde no puede llegar andando», añade.

Por su parte, desde Atemporal Esthetic Lab, Maica López indica que «lo que sí hemos notado es que se acercan más personas que no nos conocían a preguntar», aunque considera que todavía es pronto para ver una repercusión en las ventas. López subraya que «lo que está claro es que hay mucho menos ruido y eso lo agradecemos bastante» y que «la gente se está empezando a acostumbrar a andar por el centro de la calle». Y en el Colmado Giner, Núria Queralt expresa que «a nosotros nos dejaron las vallas aquí en la calle Salvador Espriu, mientras que del resto del Raval sí las quitaron», pese a que después se instaló iluminación de Navidad en la zona. «La peatonalización es una cosa anecdótica», opina, y dice que, «igualmente, que se dificulte el tráfico es peor para nosotros y para los que venden artículos grandes».

La concejala de Urbanisme, Marina Berasategui, apunta que «la transformación del Raval en zona de peatones es un proyecto alineado con los objetivos del Gobierno de Reus, recogidos en el Plan de Acción Municipal: promover una movilidad más sostenible, saludable, eficiente y segura; y adaptar la ciudad para la futura zona de bajas emisiones». El alcalde, Carles Pellicer, indicaba en una entrevista reciente que «la gente ya está tomando la actitud de que es para pasear, como Llovera y Monterols».

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