Sector primario
La mitad de los pescadores de Tarragona ya han agotado los días de cuota
No podrán salir más al mar hasta el año que viene. El sector espera que la Comisión Europea flexibilice la medida y conceda más jornadas laborales para pescar

La mitad de los pescadores de arrastre de la demarcación de Tarragona ya han agotado los días de cuota que tienen para trabajar
La mitad de los pescadores de arrastre de la demarcación de Tarragona ya han agotado los días de cuota que tienen para trabajar y no podrán salir más al mar hasta el año que viene. Son datos de la Federación Territorial de Cofradías de Pescadores de Tarragona, que agrupa las nueve entidades del litoral tarraconense, donde hay unas 90 embarcaciones de esta modalidad. A principios de año, la Comisión Europea otorgó unas cuotas que, en función del tamaño de las embarcaciones, oscilaban entre 100 y 130 jornadas. Una cifra que el sector considera insuficiente y que hace que, como máximo, puedan trabajar uno de cada tres días. Ahora confían en que la Comisión Europea, de forma inminente, conceda más días basándose en un estudio que indica que el Mediterráneo se ha regenerado.
El secretario de la Federación Territorial de Cofradías de Pescadores de Tarragona, Xavier Domènech, afirma que durante esta semana la gran mayoría de las embarcaciones habrán agotado los permisos, lo que las dejará sin margen para trabajar en Navidad, que es cuando el pescado se paga mejor. “Durante noviembre poco a poco irán parando todas”, lamenta a la ACN.
Domènech en parte responsabiliza al gobierno español de que se haya llegado a principios de noviembre con esta situación. Comenta que a principios de año desde el Estado se les dijo que, a pesar de las cuotas, pescaran “con tranquilidad y normalidad” porque “se intentaría arreglar el problema de la falta de días”. “Nosotros sabíamos que si pescábamos, no llegaríamos a finales de año. Si las reglas del juego hubieran sido otras, la gente habría sido más prudente y se habría repartido más los días”, razona. A todo esto, señala que con el poco volumen de embarcaciones que hay actualmente “al menos se debería poder pescar 180 días” cada año.
A la espera de un cambio
Fuentes del gobierno estatal han indicado a la ACN que durante los próximos días podría haber una flexibilización de la situación. La primera vía es que sea la Comisión Europea la que conceda más días de permiso. Esta posibilidad se abre a raíz de un informe del Comité Científico, Técnico y Económico de la Pesca de la Comisión Europea que indicaba que el estado de las especies de referencia en el Mediterráneo occidental había mejorado claramente en los últimos años. Hay que tener en cuenta que las cuotas se impusieron a partir de informes de 2022, pero ahora la situación del mar habría cambiado. A principios de año, el comisionado de pesca europeo, Costa Kadis, se habría comprometido a que si las especies estaban mejor, otorgaría días adicionales a los pescadores españoles.
En caso de que desde Europa no llegue una decisión favorable al sector, la otra alternativa es que sea el propio ejecutivo estatal quien autorice a los pescadores a consumir ahora días a cuenta del año siguiente. Esta medida ya se tomó para los pescadores de gambas, con un límite del 10% de los días de 2026.
El sistema de cuotas ha sido otro golpe para un sector ya muy castigado por diferentes factores. “Nosotros hemos visto que el mar se ha recuperado y lo hemos notado porque hemos tenido más capturas. Pero lo que para nosotros ha sido positivo, la lectura que ha hecho la Comisión Europea ha sido que estamos incrementando el esfuerzo pesquero. No puede ser que siempre lo hagamos todo mal”, enfatiza Domènech. Asimismo, asegura que el sector ha hecho “todo lo que se ha pedido” desde las administraciones, en forma de reducción de días de pesca, disminución de volúmenes o utilización de mallas más grandes para hacer una mayor selección de las capturas. Además, los pescadores se quejan de que “las reglas del juego cambian cada año”, lo que dificulta poder hacer inversiones y planificación a largo plazo.
Competencia desleal
Otro aspecto que los pescadores ponen sobre la mesa es la competencia desleal que existe entre países del Mediterráneo. En los países europeos hay una serie de normas y restricciones que condicionan la actividad, pero en el norte de África la normativa es mucho más laxa. Eso hace que mientras un pescador del sur de España hace veda para que un caladero se regenere, otro pescador de Marruecos lo explota. “En el Magreb se frotan las manos cada vez que nosotros dejamos de pescar, porque ellos pescan más y ese pescado acaba en nuestro mercado”, explica el secretario. Teniendo en cuenta las dificultades para encontrar marineros y la falta de relevo generacional, desde hace un tiempo se están “malvendiendo” embarcaciones catalanas a pescadores del norte de África.
Para Domènech, una opción para revertir un poco los problemas del sector sería autorizar la pesca controlada de atunes. Una especie que en los últimos tiempos se ha expandido mucho en el Mediterráneo y que, dadas sus dimensiones y carácter depredador, consume mucho pescado azul, que es el que buscan los pescadores.
El atún es especialmente perjudicial para los pescadores de cerco, ya que cuando realizan la técnica de rodear las capturas con las redes, si entra un atún todos los peces salen despavoridos. “Por un lado estás pasando hambre y sin posibilidades de pescar y por el otro ves un potencial que lo tienes ahí al lado y que no lo puedes tocar”, lamenta el secretario. “Si seguimos así, en el mar solo habrá atunes”, advierte, y compara la situación con lo que ha pasado en el campo con los jabalíes, que se han convertido en una plaga para muchos agricultores.