Tarragona

Crisis habitacional

Se vende con okupa dentro: prolifera la comercialización de pisos okupados en Tarragona

La falta extrema de vivienda disponible, la voluntad de especular y el aumento sostenido de los precios empujan a fondos de inversión y a propietarios particulares a sacar al mercado estos inmuebles, que ya suponen cerca del 9% de la oferta en la ciudad, muy por encima de la media estatal

Una de las fotografías que acompaña al anuncio de un inmueble.

Una de las fotografías que acompaña al anuncio de un inmueble.Idealista

Joel Medina

Creado:

Actualizado:

Casi uno de cada diez inmuebles que se ofertan en Tarragona ciudad están okupados. En una plaza inmobiliaria ya de por sí tensionada, donde la oferta disponible se evapora a gran velocidad, este tipo de activos ha dejado de ser una anomalía para integrarse —aunque de forma incómoda— en el funcionamiento habitual del mercado.

Los datos lo confirman. Según sucesivos informes del portal Idealista, Tarragona es la segunda capital española con mayor porcentaje de viviendas en venta okupadas, con un 8,8% del total de la oferta, solo por detrás de Girona (8,9%) y muy por encima de la media nacional, situada en torno al 3%. En términos prácticos, esto significa que una de cada diez viviendas que sale al mercado en la ciudad lo hace con personas viviendo dentro sin título legal.

Los profesionales del sector describen el fenómeno con una mezcla de resignación y pragmatismo. "Muchos fondos quieren desprenderse de estos activos cuanto antes", explica una inmobiliaria de Tarragona. Los grandes tenedores, que concentran buena parte de este tipo de viviendas, han activado estrategias de liquidación acelerada: vender rápido, asumir descuentos y evitar inmuebles paralizados durante meses o años por conflictos judiciales.

Pero el movimiento ya no es exclusivo de los fondos. Las agencias empiezan a detectar un cambio de comportamiento también entre propietarios particulares. "Hace pocos días nos llamó una persona que quería vender su casa y nos dijo directamente que estaba okupada", relatan desde una oficina del territorio.

El mapa provincial ofrece ejemplos repartidos por toda Tarragona. Uno de los casos que más llama la atención es el de un chalet de unos 300 metros cuadrados en Cabra del Camp, okupado desde hace meses. "Nos llamó la propietaria, una señora mayor, para saber qué opciones tenía", explican desde la agencia que gestiona el inmueble. A pesar de la situación, el interés existe: "No es una avalancha, pero sí han contactado tres o cuatro personas interesadas".

La paradoja del mercado es evidente. Aunque el precio suele ser inferior al de una vivienda libre, el riesgo actúa como freno. "Casi nadie quiere comprarla con los okupas dentro", reconocen desde otra inmobiliaria. Aun así, el contexto lo cambia todo: en muchas localidades "ya no queda producto disponible", lo que empuja a algunos compradores a valorar operaciones que antes ni se planteaban.

Incluso perfiles tradicionalmente conservadores empiezan a asumir el riesgo. "Hay quien compra una vivienda okupada con la idea de que, si logra recuperarla, pueda convertirla en su primera residencia", explican. No se trata necesariamente de especulación, sino de pura necesidad: los precios han subido hasta el punto de expulsar del mercado a muchos compradores, que ya no encuentran alternativas viables.

El fenómeno tiene, además, una base común muy clara. "En más del 90% de los casos no hablamos de deudores hipotecarios, sino de okupación ilegal", subrayan los agentes. A partir de ahí, los perfiles se diversifican: desde personas que buscan una oportunidad para acceder a una vivienda que de otro modo sería inasumible, hasta inversores que rastrean deliberadamente este tipo de inmuebles con la expectativa de especular y obtener beneficios futuros.

Es una nueva vuelta de tuerca a un mercado inmobiliario tensionado hasta el límite, donde la falta de vivienda empuja a aceptar escenarios cada vez más extremos y donde una anomalía se ha convertido, poco a poco, en parte del paisaje.

tracking