Bonavista dignifica su mercado pese a la pandemia

La dinamización cultural del espacio y la construcción de lavabos son dos de los proyectos que quieren ponerse en marcha desde la empresa de mercados antes de fin de año

07 septiembre 2020 07:10 | Actualizado a 07 septiembre 2020 17:15
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

El pasado 12 de marzo, la Empresa de Serveis i Iniciatives Municipals SA (Espimsa) presentaba junto al responsable del Àrea de Neteja del Ayuntamiento de Tarragona, Jordi Fortuny, el nuevo plan de limpieza del mercadillo de Bonavista. Aquel mismo domingo la pandemia obligaba a suspender el mercado, dejando a sus paradistas confinados hasta el 26 de abril, cuando los vendedores de fruta y verduras retomaban la actividad. La redacción de los diferentes protocolos de seguridad hacía que el resto de los marchantes no pudieran reincorporarse hasta el 21 de junio, un largo paréntesis que no ha truncado los planes de la administración municipal, que ha seguido adelante con las actuaciones de mejora previstas en este espacio.

En los despachos del Passatge Cobos se ha trabajado de valiente para seguir adelante con la implementación de los planes de autoprotección y de limpieza. Un trabajo al que se ha sumado la gestión de la Covid-19 y contra incendios. Con todo, los ciudadanos que ayer aprovechaban para hacer la compra constataban que los cambios en estos últimos meses han ido más allá de la mascarilla y el gel hidroalcohólico. «Antes pasabas por aquí y quedabas enganchado. Estaba todo lleno de cascaras de mandarina o lo que sea. Si venías a última hora daba bastante pena», afirmaba Yolanda Gómez.

En el conjunto de la superficie del mercado se han instalado cinco islas de contenedores para el cartón, envases de plástico y residuos. Asimismo, en la zona del aparcamiento se ha habilitado una caseta para los contenedores de la orgánica, de forma que cada paradista recoge por la mañana un cubo con un número que lo identifica y, cuando acaba el mercado, los servicios de limpieza lo recogen.

Un equipo de catorce formadores trabajará hasta finales de diciembre para garantizar que se haga el reciclaje. «Poco a poco se está mejorando mucho. El cambio ha sido muy importante», decía ayer por la mañana uno de estos.

Los vendedores se han adaptado rápido al cambio. «Cada uno tiene tenemos nuestro contenedor y la verdad es que vienen y te controlan si lo estás haciendo bien», decía Josep Maria. Este vendedor de fruta y verduras ilerdense hace más de treinta años que es asiduo del mercadillo de Bonavista. «Se ha notado mucho. La sensación es de que antes estaba todo muy sucio y abandonado, te quedabas pegado en el suelo», añade. La única pega que denuncia es la distancia de los contenedores. «Para ir a tirarlo tienes que hacer un kilómetro», decía.

Manuel Martín también defiende el nuevo sistema. «Con los cubos de la orgánica ha habido una mejora importante, que debería haberse hecho desde hace mucho tiempo», reconoce.

El nuevo sistema ha solucionado en gran parte los problemas de las bolsas de plástico que se quedaban tirados en el suelo y salían volando. «Ha cambiado muchísimo. Después de tantos años sufriendo se ha dado un paso muy grande y tenemos que felicitar a todos aquellos que se lo han tomado en serio y al pie de la letra, para que así sea», decía la presidenta de la Associació de Veïns de Bonavista, Loli Gutiérrez.

Amonestaciones por escrito

El mercado de Bonavista genera cada domingo unos 4.000 kilos de resta orgánica, 700 de cartón, 600 de madera y 200 de plástico. Unos materiales que antes básicamente tenían que ser incinerados y que ahora pueden reciclarse. «Hemos pasado de tener un mercado que contaminaba con los plásticos a una recogida de la orgánica, los plásticos, la madera y el cartón, y con un porcentaje muy bajo de residuos», apunta el presidente de Espimsa, Dídac Nadal. Para facilitar el cambio, la empresa de mercados aprobó un sistema de tasas, según el cual pagará menos el que recicle mejor. «De momento estamos llamando la atención con amonestaciones por escrito a los paradistas que no están cumpliendo para mejorar la sostenibilidad del mercado», añade Nadal. Cuando los formadores acaben su trabajo, se pondrá un funcionamiento un sistema con chip para comprobar que no se baje la guardia.

Este plan de limpieza incluye también la poda de los árboles y de eliminación de la broza del entorno, que va a llevarse a cabo durante esta semana.

Las actuaciones en el ámbito de la limpieza han obligado a llevar a cabo la reorganización de algunas paradas. Esta también se ha hecho efectiva acorde con el plan de autoprotección –que obliga a dejar calles más anchas para que pasen los vehículos de emergencias– y los protocolos de la Covid. Esto ha obligado a reducir las dimensiones de las paradas un metro por cada lado, para garantizar la separación de dos metros entre ellos. Este espacio tan solo puede ser inferior en los casos en los que haya una parada detrás, siempre y cuando se coloque una lona.

Espimsa asegura en algunos casos la normativa que se aplica ha ido a más allá respecto a lo que establecen los protocolos. Así, se ha extendido la utilización de metacrilatos para proteger los alimentos y evitar el contacto con la gente. «Aún lo estamos acabando de explicar y esperamos que en dos semanas se vea la diferencia», asegura Nadal. Tocar la fruta está completamente prohibido y ahora quiere reforzarse también la presencia de carteles recordando que hay que utilizar los geles hidroalcohólicos y que, en la medida de lo posible, hay que evitar el contacto con el género.

Y es que, la voluntad de la empresa de mercados, pasa por «convertir las medidas Covid en una oportunidad». «Es un buen momento para dar un salto adelante y demostrar que los mercadillos no tan solo son más seguros sino que también son más higiénicos, por lo que debemos hacerles ver que es un buen momento para invertir en las paradas y debemos poder ayudarlos», certifica Nadal.

Simulacro virtual

En paralelo, sobre el terreno ya pueden verse las primeras medidas del plan de autoprotección, que deben servir para desalojar el mercado en caso de incidente químico. En un primer momento se ha instalado la nueva cartelería con las diferentes rutas de evacuación y está preparada la megafonía, con mensajes en catalán, castellano e inglés. En los diferentes puntos también se han colocado extintores y está previsto que a mediados de este mes de septiembre se lleve a cabo un simulacro, que debido a la pandemia tendrá que hacerse desde los despachos, para comprobar de forma teórica la operativa.

Los planes de la empresa de mercados pasan por seguir invirtiendo en este mercado para que pueda recuperar su esplendor. Uno de los proyectos que va a abordarse a continuación es la habilitación de un punto de agua para los paradistas y los lavabos. Esta es una vieja reivindicación que quiere solucionarse con la instalación de una caseta prefabricada, que quiere ubicarse en la parte de atrás. Ahora se está estudiando cómo se hará. «Queremos que sea un espacio que no sea vandalizable ya que hay algunos comportamientos bastante incívicos», apunta el presidente de Espimsa. Calcula que «a finales de año» ya podrán estrenarse.

Todos estos cambios se llevan a cabo con el objetivo de empezar a trabajar una nueva línea. Es la que hace referencia a la dinamización cultural de los mercados, que empezó en un primer momento en Corsini y que poco a poco ha ido extendiéndose. En este sentido, está previsto que se abrirá una convocatoria para un concurso de grafitis, para pintar la caseta de los contenedores. La acción va a hacerse junto con la Associació de Veïns de Bonavista y los artistas participantes recibirán una pequeña remuneración. «El mercado de Bonavista tiene vida propia, por lo que debe tener su propia programación, con espacios que permitan celebrar conciertos y acciones culturales», concluye el presidente de Espimsa.

Comentarios
Multimedia Diari