Decapitan unas de las escultura de la Font del Centenari de la Rambla

El monumento, inaugurado en 1954 con motivo de los 50 años de La Rambla NovA fue restaurado en 1995. Representa los cuatro puntos cardinales. Se desconoce la autoría de este acto vandálico

16 septiembre 2018 23:21 | Actualizado a 17 septiembre 2018 09:22
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La cabeza y un pie de dos de las cuatro esculturas que configuran la Font del Centenari, uno de los emblemas de la Rambla Nova de Tarragona, han aparecido rotas en la acera circular que bordea esta fuente levantada en 1954 por el escultor Josep Viladomat.

La cabeza pertenece a la escultura que señala al oeste, un individuo con rasgos indígenas americano que sujeta un cocodrilo. El busto ha sido fotografiado fuera de la fuente ornamental y se desconoce de momento cómo se ha producido este acto vandálico.

La fuente se sitúa en el centro del gran cruce formado por la Rambla Nova y las calles de Pau Casals, Rovira i Virgili, Ramón y Cajal y Cristòfor Colom.

Desde 1954, la fuente ha ido sufriendo un deterioro constante por el uso y la climatología, pero no un acto vandálico de esta magnitud.

 Además de la cabeza de la escultura que representa el oeste, también se ha arrancado una de las manos del grupo escultórico que señala al sur, hacia África. Se trata de un hombre con rasgos africanos y apoyado en un hipopótamo. La mano ha aparecido en la zona de césped junto a ella.

Se desconoce quién ha llevado a cabo este acto vandálico, aunque ya se han activado los mecanismos para averiguar lo ocurrido.


En febrero de 1995 se realizó la remodelación final de la Font del Centenari. Aprovechando e acto se colocó una lápida en recuerdo de Enric Olivé Martínez, el alcalde que la hizo construir, y de Joan Miquel Nadal, impulsor de la restauración.

El origen de la Font

Los hechos que conmemora la fuente se remontan al año 1854 (de ahí el nombre de Centenari), cuando con la derrota del partido liderado por Josep Maria Bertran y Olivella ante los progresistas, consiguió la autorización para derribar la Muralla de Sant Joan que separaba los dos núcleos de población de Tarragona: la parte alta y la zona de Marina.

Se convocó un concurso para preparar un plan de ensanche que lo ganó el ingeniero Josep Criviller pero su muerte impidió que se llevara a cabo. El 1865 el Ayuntamiento de Tarragona aceptó el proyecto para realizar un paseo en la zona de la Rambla, presentado por Àngel de Romero. 

Un siglo más tarde, el Ayuntamiento propuso celebrar aquellos hechos urbanísticos con varios actos festivos y la construcción de una fuente monumental conmemorativa al final del cuarto tramo de la Rambla.

Después de una larga polémica se decidió poner la fuente al final del cuarto tramo de la Rambla y se aprobó un proyecto de Josep Viladomat que había quedado finalista en un concurso convocado por el Ayuntamiento de Barcelona. El hecho de presentar en Tarragona un proyecto que en Barcelona no había sido escogido provocó mucho debate.

La voz popular creía que ya había buenos escultores tarraconenses como para contratar uno que no fuera de la ciudad. Pero al final, se mantuvo el proyecto de Viladomat, que se inauguraría en 1954.

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