Dos jóvenes tarraconenses crean una marca de relojes

Estos emprendedores tarraconenses arrancan mañana una campaña de mecenazgo en internet para producir la primera remesa de unos relojes que han diseñado desde cero. Han contado con la asesoría de Tarragona Impulsa

30 mayo 2018 19:44 | Actualizado a 31 mayo 2018 07:29
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Álvaro Pérez (24 años) y Pau Mas (25) se conocieron en el programa Tarragona Impulsa. De hecho Álvaro fue uno de los ganadores de los premios Yuzz (Ahora se llaman Explorer) de 2017 que organizan el Banco Santander, el Ayuntamiento y la URV para jóvenes emprendedores.
Ahora, sólo unos meses más  tarde, ya están listos para arrancar su negocio. Tienen una marca de relojes que han creado desde cero y mañana 1 de junio comienzan una campaña de crowdfunding (mecenazgo) en internet, con la que esperan cubrir los gastos de la primera ronda de producción del producto. 

Todo comenzó cuando Álvaro, que estaba estudiando Ingeniería electrónica y en medio de un cambio vital se dio cuenta de que en realidad eso no era lo que quería hacer en el futuro. Descubrió que lo suyo era emprender, crear su propio negocio. Así fue como se decidió a comenzar a estudiar administración de empresas y, a la par, poner en marcha su primer negocio: una marca propia de relojes que bautizó como Clodd.

De aquella primera experiencia y de sus errores aprendió mucho, reconoce «allí me veías, hablando con un montón de fábricas en China y mandándoles mis dibujos», recuerda.

Con todo, logró que aquellos primeros relojes se fabricaran y llegaran a venderse en Tarragona, pero no consiguió que interesaran al público joven al cual hoy se dirigen.

Sólo por internet

Pero a partir del programa de Tarragona Impulsa y tras asociarse con Pau la idea dio un salto cualitativo. Hicieron un plan de negocios muy detallado y se concentraron en el público al que querían dirigirse: jóvenes de entre 20 y 35 años con sus mismos gustos e intereses. En ese momento comenzaron a perfilar su filosofía, ser una ‘native vertical brand’ (marca vertical nativa digital). El resumen es que controlan todo el proceso, desde el diseño hasta la distribución y los relojes sólo se podrán adquirir por internet. 

La otra pata de la idea es que trabajan intensamente en redes sociales para conocer mejor a sus potenciales clientes, como explica Pau, quien esta cursando un máster en marketing digital. Es una de sus bazas, explica, porque a las casas de relojes tradicionales les cuesta mucho adaptarse al mercado digital.

De momento la primera colección de relojes que han creado tiene una caja de 40 milímetros y está pensado indistintamente para el público masculino y femenino. Tienen dos esferas, una blanca y una negra y cuatro posibles correas que tienen un mecanismo que permite cambiarlas en dos segundos.

El mecanismo interno del reloj es japonés y puede sumergirse en el agua hasta cinco atmósferas. Los componentes son de acero inoxidable de uso quirúrgico y tienen una garantía de dos años. Pau asegura que un reloj de marcas tradicionales de estas características de alguna de las marcas tradicionales tiene un coste de 200 euros; el suyo costará 90.

Quienes participen en su campaña de mecenazgo comprando los primeros ejemplares podrán adquirirlos por 59 euros (las primeras 70 unidades). Las siguientes 130 costarán 69 euros y las siguientes mil  79 euros.

Su meta, con esta campaña que dura un mes es llegar a los 10.000 euros, con lo que ya garantizarían la primera ronda de producción. Y como no, explican, de esta experiencia, también están aprendiendo. De hecho se les acercan personas de diferentes edades con ideas de negocio que nunca han llevado a cabo. «Si eres emprendedor todavía te ven un poco como bicho raro», reconocen.

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