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El Departament de Salut notificó ayer las muertes por Covid-19 de dos jóvenes veinteañeros de la provincia que estaban sin vacunar. No habían recibido ninguna de las dosis. Se trata de fallecimientos ocurridos hace unos días pero comunicados ayer mismo, de una persona del Baix Ebre y otra perteneciente a la Conca de Barberà.
En concreto, según los datos oficiales y públicos de Salut, ambas defunciones están datadas del 25 de diciembre, día de Navidad. Una es de una chica de la franja de 20 a 29 años y otra de un chico, también de ese segmento de edad. En ambos casos, la situación vacunal aparece como ‘no iniciada’, por lo que ambas personas, con independencia de que tuvieran o no alguna patología previa, no habían recibido la protección contra el coronavirus.
Son estadísticas accesibles desde la web ‘DadesCovid.cat’ y también desde la plataforma de Dades Obertes, de la Generalitat, que incluyen un desglose del impacto de la enfermedad no solo por sexo o edades sino también por estado de vacunación.
Se trata del primer gran golpe, en términos de mortalidad, que da esta sexta ola en la provincia y, por extensión, en toda Catalunya. De hecho, son las dos personas más jóvenes fallecidas por los efectos del SARS-CoV-2 en Catalunya en los últimos meses, al menos desde julio. Sucede en un momento en que, pese al aluvión de contagios, la letalidad baja drásticamente.
El 90% de los decesos por Covid-19 durante el último mes en Tarragona tenían más de 70 años. Así, la edad sigue siendo uno de los principales factores de riesgo, aunque también el sexo: siete de cada diez fallecidos eran hombres y tres mujeres. Es un patrón de género que se repite durante toda la pandemia y también en esta nueva oleada: ellas se contagian más pero son ellos los que mueren con más frecuencia.
Impacto en los jóvenes
Estas dos muertes muestran que, aunque sea excepcional, el virus también puede impactar de gravedad en perfiles jóvenes. Pero ni siquiera en la quinta ola, de afectación más marcada en la juventud, hubo fallecimientos de gente con tan pocos años. Durante el verano fallecieron dos tarraconenses de entre 30 y 39 años y otros dos de la cohorte de 40 a 49. Durante esas semanas fueron habituales los ingresos de gente joven, incluso en UCI, dado que se trataba de colectivos que todavía estaban poco inmunizados. Ahora es distinto.
En menores de 40 siempre ha costado más avanzar en la vacunación, pero lo cierto es que Tarragona acabará el año con unas amplias protecciones también en esos reductos que se mostraron más reacios al pinchazo durante mucho tiempo. Los veinteañeros han alcanzado una cobertura de pauta completa de un 75,7% de la población, similar a la que tienen los treintañeros (76%) y algo inferior a la registrada por los adolescentes, definidos entre los 12 y los 19 años (78,6%).
Sí que existe una cierta brecha con los que tienen más de 40, que disfrutan de coberturas de más del 84% y que, en estos momentos, se están reforzando con terceras dosis, vitales para plantarle cara a la variante ómicron.
Las muertes de jóvenes por la Covid-19 tienen poco peso estadístico pero sí forman parte de un goteo. En Catalunya, por ejemplo, el día 18 de este mes falleció una persona de 30 a 39 años que tenía la pauta completa. El día 16 perdió la vida una mujer de 40 a 49 que también tenía la doble dosis. El 30 de noviembre fallecieron dos cuarentañeros que no habían iniciado la vacunación.
Las dosis se han erigido en una garantía para evitar no tanto la transmisión como la enfermedad grave y, en último término, las defunciones. Las autoridades sanitarias siguen lanzando insistentemente mensajes sobre la conveniencia de vacunarse.
Sin vacuna, más opciones de UCI
En un informe hecho público ayer, Salut indica que las personas no vacunadas mayores de 12 años tienen una probabilidad 2,3 veces más grande de ser hospitalizadas por Covid-19 y 4,3 veces más de entrar en la UCI. A su vez, los mayores de 50 que no han sido inoculados se enfrentan a 3,3 veces más opciones de ingreso en caso de infección y 6,8 veces más de acabar en intensivos.
También ha dado tiempo de ver los beneficios de recibir la tercera dosis, en comparación con no tenerla. En ese sentido, el Departament recalca que «las personas no vacunadas mayores de 70 años tienen una probabilidad 6,7 veces mayor de acabar en el hospital y 12,2 veces más de UCI» que los individuos de esa franja que gozan de la inyección de recuerdo.
Ayer mismo, durante la rueda de prensa de Salut, se incidió de nuevo en la decisiva aportación de la vacunación. La investigadora del grupo BIOCOM-SC de la Universitat Politècnica de Catalunya, Clara Prats, remarcó que las estimaciones muestran que «en Catalunya las vacunas habrían evitado, desde enero, entre 7.500 y 10.000 defunciones; entre 10.500 y 13.500 ingresos en la UCI; y entre 62.000 y 79.000 ingresos en planta».
Es el balance de lo que han procurado los antídotos, asumiendo que el contexto social y de medidas hubiera sido el mismo. De la misma manera, los 365 días de administración de soluciones de forma masiva también han permitido evitar, según esos mismos cálculos, entre 310.000 y 410.000 contagios; alrededor de 170.0000 y 210.000 días de ingresos en unidades de intensivos y entre 540.000 y 690.000 jornadas de hospitalización en planta. Prats también destacó la importancia de la tercera dosis, que permite «recuperar la efectividad al mismo nivel que tras la segunda, al cabo de unos siete o diez días».
En registros similares de incidencia del virus, las defunciones han caído en la provincia durante esta sexta ola un 84% en relación al mismo periodo de la tercera oleada, hace justo un año, en las Navidades pasadas. Pese a eso, el goteo de defunciones sigue. En el Camp de Tarragona han perdido la vida 1.246 personas desde marzo de 2020, mientras que en las Terres de l’Ebre son 198. El 86% de las personas fallecidas tenían más de 70 años. Casi un 66% contaban con más de 80. Solo 30 personas fallecidas en la provincia tenían menos de 50 años, entre ellas los dos jóvenes cuya defunción ha comunicado ahora Salut.
