ERC solo ve «matices» para cerrar el pacto con la CUP

"Marco de confianza" Esquerra y cupaires volverán a reunirse esta próxima semana para concretar el ‘timing’ del programa de gobierno

24 abril 2021 18:10 | Actualizado a 25 abril 2021 06:38
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A solo un mes y un día para que se cumplan dos años de las Elecciones Municipales que el 26 de mayo de 2019 coronaron a Pau Ricomà (ERC) como alcalde de Tarragona, Esquerra Republicana ha decidido dar un golpe de timón a la nave de la Plaça de la Font y, con el viento a favor que supone el aval recibido por parte de la militancia, ha puesto rumbo hacia la tierra firme que considera que le supondría ampliar el gobierno con Junts y CUP, dejando de momento en el muelle la alianza que mantiene con En Comú Podem desde hace 23 meses.

El objetivo republicano es superar la marejada en forma de minoría que suman ahora ERC y Comuns en el Saló de Plens, con solo 9 de los 27 ediles con representación. Por ello, la formación que lidera el ejecutivo municipal ya cerró en marzo un acuerdo con los de Dídac Nadal para que los tres ediles postconvergentes asuman las carteras de Comerç, Serveis Socials, Contractació y Parcs i Jardins. Y, en pocas semanas, podría hacer lo mismo con la CUP, abriendo de esta forma la puerta para que las cupaires entren por primera vez en un gobierno de un Ayuntamiento que es capital de provincia.

Fiscalizar los objetivos

El pasado jueves, en la segunda reunión negociadora, las cupaires presentaron a Esquerra un documento aprobado por su asamblea que actualiza los 59 puntos que ya se abordaron en verano de 2019, cuando hubo el primer round para sondear un posible acuerdo que pusiera rumbo a babor en la Plaça de la Font. Según ha podido saber el Diari, desde Esquerra se avala el texto –que reivindica incorporar en el programa de gobierno hasta 2023 cuestiones ya pactadas en los presupuestos de este año–, y solo se considera que será necesario tocar «matices» de un texto que, según fuentes republicanas conocedoras de su contenido, «nos parece perfecto» porque «refuerza el proyecto de cambio y tiene una mirada sostenible para fomentar la cohesión», a la vez que permite dejar atrás la dinámica perdedora de la última década».

A diferencia de hace dos veranos, Esquerra recalca que la colaboración externa a lo largo del actual mandato municipal –con una investidura, dos presupuestos aprobados, el despeje de una moción de censura y el acuerdo para gestionar el superávit de 12 millones de 2020– «ha permitido generar un marco de confianza con la CUP» que ahora facilita unas conversaciones que, desde ERC, se quiere que «no se alarguen demasiado». De hecho, republicanos y cupaires volverán a reunirse esta próxima semana para moldear un acuerdo que empieza a verse próximo.

«Ya tenemos el qué, ahora falta el cómo y el cuándo», se asegura desde Esquerra. Por ello, una de las cuestiones que Eva Miguel e Inés Solé han exigido a los de Ricomà es la de «calendarizar» la ejecución del programa electoral, de forma que «pueda fiscalizarse y evaluarse» la acción del nuevo gobierno municipal hasta 2023 con indicadores claros sobre la ejecución. «Nos parece que es una propuesta muy interesante, que es muy habitual en el mundo anglosajón». En este sentido, el próximo encuentro servirá para analizar punto por punto el documento que el jueves se puso sobre la mesa, con la idea de llevar a cabo «alguna reunión más» y poder cerrar el pacto en mayo.

Sin embargo, pese a la entente cordiale entre ERC y CUP, el proceso no acabará aquí. Aunque Esquerra y Junts ya han llegado a un acuerdo bilateral, las cupaires quieren que los de Nadal también firmen el documento que negocian con Esquerra. «La información que nos intercambiamos a varios bandos es constante», se indica desde ERC, mientras que Junts recalca que «no existe ningún veto» para abordar la ampliación del gobierno.

Junts y Comuns: ¿incompatibles?

Pese a todo ello, la mayor pérdida de agua está ahora en la embarcación de En Comú Podem, que reitera que «Esquerra no negocia como gobierno municipal, sino como ERC», a la vez que lamenta «no haber sido invitados» a las reuniones con la CUP y reitera su veto «a la entrada unilateral de Junts en el gobierno». «Todo iba bien hasta que se han producido las interferencias desde Barcelona, que han cambiado el posicionamiento de los Comuns. El pacto de Tarragona se decidirá desde Tarragona, en clave local. Y queremos que los Comuns formen parte de un gobierno de cuatro», se apunta desde ERC, a la vez que se reconoce no haber mantenido ningún reunión con ECP desde que estalló la crisis de gobierno.

El posicionamiento de En Comú Podem también es criticado desde la CUP. «El documento que estamos trabajando lo conocen porque es el mismo que discutimos en 2019. Y las medidas nuevas son una mejora desde una mirada feminista y de izquierdas para dar respuesta a la emergencia social», afirma la portavoz, Eva Miguel. En pocos días se sabrá si el cambio de rumbo por el que apuesta Ricomà llega a buen puerto o si, por el contrario, naufraga justo en el ecuador del mandato.  

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