Los atentados de Cambrils y Barcelona cogieron a Ramon Chacon, Intendente jefe de la Regió Policial del Camp de Tarragona, muy lejos de Catalunya, concretamente en Islandia. «Quien me informó fue precisamente mi esposa, que lo había visto por la televisión». Entonces era el jefe de la comisaría de Vilafranca del Penedès, «lo pasé fatal. Toda la comisaría estaba activada y yo lejos, en lo que sería el momento más importante para un jefe».
Chacon se acuerda de que llamó a sus dos hijos, que estaban en su casa en un pequeño pueblo del Alt Penedès. «Los llamé para que no se les ocurriera salir de casa. Me acuerdo que me dijeron que estaban de fiesta mayor». Pero dentro de la situación conflictiva que se estaba viviendo en Catalunya, tuvo suerte. Muchos irlandeses no querían venir de vacaciones a Barcelona y anulaban sus vuelos «y yo puede adelantar el viaje de regreso al sábado, dos días después de los atentados».
Tras llegar al aeropuerto del Prat se fue directamente a la comisaría. Dos días después, el lunes 21, los jefes y subjefes de comisarías estaban convocados a una reunión de máximo nivel en el Complex Egara para explicar los detalles sobre cómo estaba la situación, cuando ya había caído prácticamente toda la célula.
En el camino de regreso al Alt Penedès iba en un vehículo no logotipado. Le acompañaban el subjefe de la comisaría de Vilafranca y el jefe de la de Sant Sadurní d’Anoia. Después de dejar a este último en sus dependencias, continuaron su camino hacia Vilafranca.
Cuando los dos responsables de la comisaría del Alt Penedès circulaban por la variante de Sant Sadurní «pasó por delante nuestro, a unos 30 metros, un joven marroquí. Nos llamó la atención que fuera con manga larga en pleno mes de agosto. Pero no lo reconocimos como Younes Abouyaqoub». Inicialmente pensaban que podría tratarse del hombre que buscaban como autor de cuatro robos en unas cavas. Decidieron seguirle hasta que se adentró en unas viñas.
Cuando estaba en medio de un campo, Younes Abouyaqoub se topó con un hombre. Y éste lo reconoció como el terrorista que estaban buscando. Llamó al 112 para alertar de lo ocurrido. Desde un principio, los Mossos le dieron credibilidad: era un agente que durante muchos años había sido policía en su país. Y estaba muy seguro de que era el terrorista.
