La incoherencia de Tarragona con el tren

En lugar de tantes intermodales deberíamos poder llegar a Barcelona en menos de una hora

16 febrero 2018 10:22 | Actualizado a 19 febrero 2018 13:58
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Los vecinos de la Part Alta pedimos una estación intermodal. Ya que después de diez años no han sabido dar una respuesta al mamotreto del Jaume I, podría habilitarse una estación del AVE con trenes Avant que nos permitiesen llegar en 30 minutos a Barcelona. ¿Es absurdo? Sí, pero ya puestos a que todo el mundo levante la mano cada vez que se plantea algo, creo que también merecemos una respuesta al déficit inversor que venimos padeciendo. 

Más o menos, esto es lo que hizo el alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros, quien, tras dos días en los que Reus era protagonista por el agravio en infraestructuras, ayer salía a vueltas con la estación intermodal de Tarragona. 

¿A qué se refiere el líder de la corporación local cuando dice que Tarragona no renunciará a su intermodal? Se trata de una vieja reivindicación según la cual se construirá una nueva estación con trenes de alta velocidad, cercanías e incluso tranvía en el centro de la ciudad. Descartada la posibilidad de ubicarla en el subsuelo de la plaza Imperial Tarraco, se determinó que se emplazaría en L’Horta Gran. Así lo recoge el POUM, tal como muy bien dijo el alcalde, y también el Pla Parcial del Camp de Tarragona.

La estación de L’Horta Gran es una pieza clave de un escenario en el que se planteó eliminar las vías por el frente litoral, reorganizando completamente el mapa ferroviario de la ciudad. La idea era tan simple como ahora puede parecer utópica. Básicamente contemplaba que en la zona de la Platja Llarga el tren entraría por un túnel, recorrería en paralelo a la circunvalación, hasta la zona de Marquès de Montoliu. Una vez allí, bajaría hacia la Imperial Tarraco y L’Horta Gran, donde se dibujó la ubicación de la estación.

En total, nueve kilómetros de túnel, con apeaderos varios en toda la zona de Llevant y que eliminaba definitivamente el cinturón ferroviario por delante de la playa.

Supongo que habrá sido la irrupción de la Associació d’Empresaris de Tarragona (EdT), que lidera Sebastià Cabré, y que hace unas semanas volvía a plantear esta posibilidad la que habrá hecho que el alcalde vuelva a salir ahora con esta demanda. Si no, no lo acabo de entender.

¿Hablamos de una nueva estación intermodal, fruto de eliminar las vías de la costa, cuando dentro de cuatro días tendremos unas conexiones ferroviarias de segunda? La ciudad de Tarragona está a punto de perder los trenes Euromed y buena parte de los Catalunya Express que hacen el trayecto Barcelona-Tortosa. Dentro de unos meses, tan solo quedará el servicio de Cercanías y la Media Distancia. Y mientras los viajeros serán expulsados, las mercancías se quedarán como dueño y señor, ya que en todos estos años no se ha dado ningún paso para presionar y avanzar con la recuperación de la antigua línea Reus-Roda. 

Quizás en lugar de tantas intermodales deberían atarse algunos de estos cabos, y a ver si de paso puede conseguirse que el viaje a Barcelona no sea más largo ahora que hace cuarenta años. Llegar a la capital catalana en menos de una hora sí que debería hacer levantar el tono de voz de nuestros gobernantes. Y, por el momento, los veo a todos muy tranquilos.

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