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El año que viene se espera que, finalmente, puedan comenzar a operar las primeras empresas de alquiler de patinetes eléctricos en la ciudad, aunque todavía no se ha precisado la fecha.
Así lo explican desde el Ayuntamiento de Tarragona, donde aclaran que el servicio no se licitará porque no se trata de ninguna concesión. Lo que sí se hará, explican, es que «se autorizará a las empresas que quieran implantarse en la ciudad y los requisitos serán los mismos para todas».
Entre esas condiciones para poder trabajar en la ciudad lo que sí está claro es que las empresas de alquiler se deberán encargar de poner los medios para que el aparcamiento de estos vehículos de movilidad personal sea el adecuado.
De hecho, este es el gran quebradero de cabeza en muchas de las ciudades donde ya se presta el servicio: que los usuarios dejan los patinetes abandonados en cualquier lugar, muchas veces obstaculizando el paso.
En este sentido, el Conseller de Territori, Xavier Puig, asegura que «las empresas que quieran ofrecer el alquiler de patinetes eléctricos tendrán que financiar los lugares de estacionamiento para evitar que los patinetes aparquen en cualquier lugar y mal. Se trata de que haya muchos lugares de la ciudad donde puedan aparcar y así evitar problemas», afirma.
Detalles por concretar
Desde el Ayuntamiento confirman que hay cinco empresas interesadas en ofrecer el servicio. En este sentido, Puig señala que «estamos negociando con las empresas cómo hacerlo. Actualmente, hay una normativa que asimila los patinetes con las bicicletas, pero la perfeccionaremos a partir del diálogo con el resto de grupos políticos y en base a la experiencia de todos los actores implicados».
Valga recordar que desde finales del año pasado, en vista de que los patinetes eléctricos comenzaban a circular cada vez con más frecuencia, se cambió la ordenanza para darles cabida. Así, estos vehículos deben circular por las zonas reservadas (carriles bici) o por la calzada a un máximo de 25 km/hora.
Los patinetes eléctricos, como las bicicletas y los monopatines, solo pueden circular por las aceras y las áreas reservadas a los peatones, respetando la prioridad de paso de éstos y siempre que no superen la velocidad de una persona caminando, que se calcula en 6 km/hora. La ordenanza contempla que el incumplimiento de estas normas puede ser multado con hasta 750 euros.
Sin contacto con el consistorio
Buny, la primera de las empresas que mostró su interés por trabajar en Tarragona, señala, no obstante, que después de una conversación en agosto y el envío de su proyecto, no les ha sido posible comunicarse de nuevo con el Ayuntamiento por ninguna vía.
Antes de que el consistorio aclarara cómo serían las normas para operar, la empresa ya había anunciado el día en que comenzaría el alquiler, el número de patinetes que pondrían en servicio (50 para comenzar) y las tarifas.
El director general de la empresa, Sergi Monferrer, no obstante, dice que pese a todo siguen interesados en trabajar en Tarragona y estarían preparados para arrancar en breve.
La empresa tuvo problemas en septiembre en A Coruña, donde instaló los patinetes en los aparcabicis municipales. El Ayuntamiento coruñés les abrió un expediente sancionador y retiró algunos vehículos de la vía.
