«Los alumnos se dan cuenta de sus muchas capacidades»

Entrevista. Teresa Torres-Coronas Coordinadora académica de Inserlab. Galardonados. El proyecto de inserción laboral para jóvenes con discapacidad intelectual de la URV acaba de ganar el premio a la diversidad y la igualdad de la red internacional Aurora en Amsterdam

04 noviembre 2019 07:50 | Actualizado a 04 noviembre 2019 08:27
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El curso de Orientación Profesional Inserlab de la Universitat Rovira i Virgili se trasladó a Amsterdam la semana pasada para recoger el premio de diversidad y igualdad de la red internacional Aurora. El curso está dirigido a jóvenes de entre 18 y 30 años con una discapacidad intelectual igual o superior al 33% y se orienta al desarrollo de competencias para la inserción laboral y el crecimiento personal. Esta semana empiezan su segunda promoción.

¿Qué sensaciones tenéis?

Estamos muy contentos. Ha sido un curso de muchas horas de voluntariado y trabajo, pero sobretodo ha sido muy motivador, y es una forma de reconocer todo este esfuerzo. Además le da un poco de publicidad a nuestro objetivo inicial: que las empresas empiecen a actuar y a ofrecer puestos de trabajo adaptados.

Qué relación tenéis con la red Aurora?

La URV se unió a Aurora para colaborar en diferentes proyectos con una serie de universidades europeas de tamaño similar. Al formar parte de la red, se nos plantó la oportunidad de presentarnos a este premio.

Ha sido un buen inicio...

Mucho. Hemos tenido 15 alumnos que de primeras no se esperaban pisar la universidad y que han hecho un gran cambio en muchos sentidos. Han estado motivados todos los días y tienen muchas ganas de hacer cosas.

¿Cómo ha sido este cambio?

Todos tienen objetivos más claros y mucho más altos. Superan sus expectativas anteriores, están empoderados. Muchos tenían niveles de autoestima muy bajos, porque la sociedad no los reconoce. Aquí se encuentran con un entorno que les permite aceptar que tienen muchas capacidades, y ahora las están aprovechando.

El sistema educativo a veces es muy cruel con determinados colectivos. Han sufrido situaciones muy complicadas de bullying, y muchos no terminaron sus estudios por ese motivo. Esto es otro mundo.

¿Esperabais este resultado?

Dudábamos de si habría absentismo, o habría alguna persona que no terminara el curso... Pero el resultado ha sido del 100% de graduados. Ni estando enfermos querían saltarse una clase.

Esta semana empezáis el nuevo curso. ¿Cómo se presenta?

Como principio personal, la universidad siempre mejora lo que se hace en un primer curso. Estamos todos muy motivados. De hecho, tenemos lista de espera de profesores que quieren hacer cosas, pero ¡no tenemos horas!

¿Tenéis pensado ampliarlo?

El curso depende de financiamiento externo a partir de una convocatoria de la Fundación Once, así que todo depende de lo que nos den. El programa lo tenemos hasta 2020, así que hasta entonces, seguro. Ahora estamos buscando otras fuentes del Fondo Europeo para poder ofrecer más, pero aún estamos esperando.

¿Qué novedades hay para este año?

Las novedades son dos, principalmente: las prácticas en empresas externas y la no desvinculación de los estudiantes del año pasado. Algunos continuaran con nosotros a través del programa mentoría, y de esa forma tendrán un papel en el crecimiento de los alumnos del segundo curso.

¿Con qué ámbitos empresariales trabajaréis?

Tenemos un poco de todo. Hay puestos de trabajo dentro la URV como el CRAI, empresas privadas como BASF, ayuntamientos, sindicatos, cooperativas... Tenemos más plazas que alumnos, así pueden escoger según sus gustos.

¿Falta iniciativa social?

Siempre se puede hacer más. Hay muchas entidades en el Camp de Tarragona que trabajan en esto, pero se necesita más. La tasa de paro de estos jóvenes es la peor entre las peores. Personas con discapacidad intelectual y jóvenes. En Catalunya tienen una tasa de paro del 56%. Eso es más de 40 puntos por encima de la tasa jóven, que está en el 11%. No estamos en una sociedad igualitaria, y tenemos mucho trabajo por hacer.

¿Cuál es la solución?

Nosotros hacemos una llamada a la contratación de las empresas. El objetivo es igualar el porcentaje, y creo que a largo plazo es posible, pero las empresas deben poner de su parte y facilitarles esos puestos de trabajo. La universidad ya lo ha hecho: si se diseña bien el lugar de trabajo y conoces a la persona que lo desarrollará, es posible darle una responsabilidad con la que ambas partes estén cómodas.

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