María José Mas: «Divulgar sobre el neurodesarrollo tiene una función social»

La experta es la autora del libro ‘El cerebro en su laberinto’ que acerca las causas y las particularidades de la diversidad funcional 

19 septiembre 2020 10:14 | Actualizado a 18 noviembre 2020 15:59
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La neuropediatra tarraconense María José Mas acaba de publicar el libro El cerebro en su laberinto. Trastornos del neurodesarrollo (Next Door Publishers) en el que enseña los itinerarios alternativos que el cerebro en crecimiento toma para hacer frente a cada uno de los retos que le exigirán los trastornos del neurodesarrollo. Se dirige a padres, docentes o amigos, y quiere servir de fuente de apoyo a los profesionales sanitarios que se interesan en mejorar los conocimientos de sus pacientes. En este sentido, la experta asegura que «procuro apoyarme en otros profesionales, ya que el diagnóstico de trastornos del neurodesarrollo no es un trabajo de una persona sola».

¿Cómo y cuándo surge la necesidad de escribir el libro?
Nada más acabar de escribir el primer libro, que trata sobre el neurodesarrollo normal –entendido como lo más frecuente y no como lo opuesto a anormal– pensé que como neuropediatra debía escribir sobre los trastornos del neurodesarrollo.

El título indica la complejidad del tema.
Lo que quiere expresar el título es que cuando todo va bien se transita por el camino marcado, con más o menos facilidad, pero cuando aparecen estos trastornos, el camino se hace más enrevesado y recuerda a un laberinto. Si ya es complejo en sí el neurodesarrollo sin dificultades, cuando aparecen dificultades la situación se complica todavía más.

¿Qué papel juega el cerebro en los trastornos del neurodesarrollo?
Cuando hablo de cerebro utilizo una sinécdoque, es decir, tomar la parte por el todo. El cerebro es el órgano más importante del sistema nervioso central, pero los trastornos pueden ocurrir también en el cerebelo o en el tronco encefálico. Debemos tener en cuenta que no nacemos con un cerebro completo, sino que lo vamos construyendo a lo largo de toda la infancia. Por ello, es importante que este proceso sea de la forma más adecuada, ya que en caso contrario es cuando aparecen estos trastornos que, además, perduran toda la vida porque son constituyentes, es decir, forman parte de la constitución del cerebro.

¿En qué medida la genética y los condicionantes externos son determinantes?
Cuanto más sabemos los que nos dedicamos a los trastornos del neurodesarrollo, tanto desde el punto de vista médico, clínico y de la investigación, nos damos cuenta de que cada vez es más difícil separar la herencia del ambiente. Lo que clásicamente se ha entendido como dos cosas distintas, en realidad cuando nos acercamos al neurodesarrollo debemos entenderlo como algo conjunto con dos ramas, y que la una no funciona sin la otra. Tampoco es que una sea más dañina que la otra. Mientras que la herencia genética no podemos modificarla a día de hoy, sí que podemos modificar el ambiente. Y de la interacción de nuestros genes y de lo que sucede en el ambiente es de donde surge cada una de nuestras individualidades.

¿Qué es la plasticidad del cerebro?
En el proceso de neurodesarrollo debemos tener en cuenta una tercera rama que es la capacidad plástica del cerebro, que cambia según la edad. Es más fácil para un niño aprender varios idiomas, mientras que a un adulto le cuesta más aprender un idioma nuevo. Esto se debe a que el cerebro tiene menos posibilidad de adaptación, y en los trastornos del neurodesarrollo esta plasticidad no es óptima.

¿Cuál es el reto para la ciencia?
Por un lado, tal y como reflejo en el libro, el principal reto es llegar a comprender el neurodesarrollo básico sin dificultades y en segundo lugar los mecanismos por los que surgen los trastornos del neurodesarrollo. En este sentido, mientras se invierten muchos recursos en el estudio de la genética, se deja de lado el aspecto más clínico y el que estudia el entorno. Por otra parte, también como sociedad debemos entender y atender las dificultades de estos niños y niñas de una forma adecuada, porque están infraatendidas.

La detección precoz es esencial. 
Sí. La detección es primordial, porque cuanto antes detectemos un problema, antes podremos modificar el entorno, que es una de las patas que actúan en el neurodesarrollo, para que tenga la mínima repercusión posible. Estoy segura de que hoy en día los médicos y pediatras de Atención Primaria están mucho más sensibilizados y guardan un tiempo y espacio de atención para la detección. También opino que los docentes son cada vez más conscientes de las dificultades y de como surgen los trastornos del neurodesarrollo, mientras que las familias tienen más información.

¿Por qué es importante la divulgación?
Cuando mejoramos el conocimiento y lo acercamos a todo el mundo, ayudamos a detectar las dificultades cuando antes y a actuar. Desde siempre me ha gustado mucho explicar el porqué de las cosas, ya que es más facilitador para todo el mundo entenderlo. Divulgar sobre el neurodesarrollo es una tarea que me he autoimpuesto y tiene una función social.

¿Los límites entre los trastornos del neurodesarrollo son nítidos?
No. Precisamente este es otro de los temas nucleares del libro. Lo habitual en los trastornos del desarrollo es que encontremos síntomas de muchos de ellos en una misma persona. Por ejemplo, es muy frecuente encontrar en los trastornos del desarrollo del lenguaje sintomatología relacionada con problemas en la comunicación social, atención, dificultades motrices, etc. También, en los trastornos del neurodesarrollo más relacionados con la conducta, como el autismo y el TDAH, a veces es muy difícil separar el uno del otro, de igual modo ocurre en el trastorno del desarrollo del lenguaje, cuando el lenguaje es lo que posibilita la interacción social y si hay un problema la interacción no será óptima. 

Habla de humanizar los trastornos del neurodesarrollo. 
Sí. Precisamente, observar y apreciar la diversidad nos permite ver la gran capacidad de adaptación y de supervivencia que tiene el ser humano. Incluso cuando hay dificultades, los seres humanos somos capaces de sobrevenirnos y de avanzar como individuos y como grupo. Es una oportunidad para ver toda la diversidad humana que tenemos. En este sentido, creo que debemos ponernos en el lugar de la otra persona porque nos va a aportar cosas. Si te pones en el lugar de alguien a quien le cuesta expresarse con palabras, a lo mejor aprendes otras cosas. Si te pones en el lugar de una persona que tiene dificultades en las relaciones sociales, aprenderás más sobre ella y sobre ti mismo. Por ello, no solamente debemos dar el valor a la persona en sí, sino también darle el valor como parte de la humanidad.

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