Profes que traen a clase lo mejor de Europa

El Institut Martí i Franquès, junto a otros seis centros de Catalunya, crea un consorcio que les permite viajar y ver de primera mano cómo se enseña en otros países 

16 julio 2019 15:04 | Actualizado a 16 julio 2019 15:12
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El curso que viene en el Institut Antoni de Martí i Franqués todos los alumnos, desde que entran en primero de la ESO, participarán en talleres de debate y ciudadanía. Es una de las muchas ideas que sus profesores trajeron bajo el brazo después de ver de primera mano cómo trabajan en otros institutos de Catalunya y Europa. Y no será lo único, también se modificará una parte de la cantina para generar un ambiente de trabajo y comunicación más agradable, al estilo de los países nórdicos.

Siete ‘instis’ y un consorcio

Estas son apenas dos de la decena de medidas que va a aplicar el instituto el curso que viene y que han tendido como punto de partida el consorcio que han creado junto a otros seis centros de Igualada, Gandesa, La Seu d’Urgell, Lleida y Platja d’Aro junto al Servei de Llengües del Departament d’Educació.

El consorcio ha podido participar en un programa Erasmus Plus, con financiación europea que, en el caso de Tarragona, ha permitido a profesores de Martí i Franquès viajar a cinco países. Tres de las estancias fueron de formación del profesorado en Francia, Escocia e Irlanda y dos de job shadowing u observación en Dinamarca y Suecia.

Lo cuenta, entusiasmado, el director del instituto, Jordi Satorra, quien además es profesor de catalán. Él también viajó a un instituto en Upplands-Bro, Suecia, cerca de Estocolmo. 

Allí le llamaron la atención muchas cosas, como por ejemplo el hecho de que hay un 30% más de profesores que en la media de Catalunya o las características de los espacios: más amplios, con zonas para compartir, mesas en los pasillos y rincones para el relax. También observó la forma de entender la igualdad de género con talleres de madera y de patronaje (costura) para alumnas y alumnos por igual.

Las bibliotecas en el centro

La otra visita de observación fue a Dinamarca, lo que permitió a la profesora de alemán, Maria José Redó, constatar, por ejemplo, el cuidado de los alumnos hacia su centro y hacia el entorno (el instituto está situado en un bosque).
Una de las cosas que le impactó fue el hecho de que la biblioteca era el centro de la vida de la escuela. De hecho, las escuelas danesas y las bibliotecas públicas usan la misma base de datos.

El instituto donde realizó la estancia es un centro Unesco, lo que hace que incluya en sus objetivos todos los que aparecen en el documento Education 2030, como el fin de la pobreza, la educación de calidad e inclusiva o la igualdad de género, entre otros.

Justo después de ver este ejemplo se hicieron los trámites para que el Martí i Franquès sea, a partir del curso que viene, también un centro Unesco, lo que les permitirá dar sentido a muchos proyectos que ahora se hacen de manera aislada.

Experiencias en otros idiomas

Como el instituto tarraconense es un centro de referencia en el aprendizaje de idiomas, tres de las experiencias en el extranjero consistieron en la formación de los profesores en estos aspectos junto a docentes de todas partes de Europa.

Los profesores que participaron en estos viajes ya han comenzado a poner en práctica lo aprendido en estas estancias e, incluso, han podido medir los resultados.

Así pues, realizaron una encuesta entre alumnos de segundo de la ESO que ven la asignatura de física y química en inglés antes y después de aplicar las nuevas técnicas. Encontraron que los chicos estaban más motivados para aprender el idioma, les parecía que era más divertido y eran más conscientes de la necesidad de dominar otra lengua.

Aprendizajes cercanos

Las sesiones de ‘transferencia’ con otros institutos catalanes también fueron muy fructíferas e impulsaron cambios que ya se pusieron en marcha el curso pasado. Un ejemplo es que los alumnos que realizan su trabajo de síntesis sobre la Tarragona medieval cambiaron la forma de presentar sus resultados por una vídeo-conclusión al final del proyecto.

La lista de medidas concretas a poner en marcha el curso que viene sigue e incluye, además, que los alumnos trabajen por proyectos con alumnos de otros centros de Europa a través de la plataforma etwinning. 

También hay un proyecto para que los alumnos de bachillerato artístico diseñen y pinten los accesos a la biblioteca. En esta última, además, habrá un rincón sobre coeducación y feminismo.

Algunos de los cambios son, simplemente, pequeños gestos, pero la idea es que ayuden a los alumnos a situarse en un contexto cada vez más globalizado.

 

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