Tarragona cerró julio con una caída de más del 50% respecto 2019

La Covid-19 provoca que la actividad derivada del turismo se desplome durante el primer mes del verano. El comercio, la restauración y la hostelería, los sectores más afectados

08 agosto 2020 17:50 | Actualizado a 09 enero 2021 19:00
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La ciudad de Tarragona cerró el primer mes del verano con un descenso de su actividad derivada del turismo de más del 50% respecto a los números de julio de 2019. Así lo ponen de relieve al Diari los representantes de los sectores que dependen de la movilidad, los cuales lamentan que, después de unos primeros días «esperanzadores», el tímido dinamismo que había tras Sant Joan se desplomó tras los rebrotes del Segrià y el anuncio de cuarentenas por parte de varios países.

Todo ello ha derivado en el hecho de que, porcentualmente, la ocupación en los hoteles de la ciudad haya caído un 60%, el mismo porcentaje que las visitas a los monumentos. Por lo que se refiere a la restauración, la cifra de descenso es del 50%, por el más de 20% del sector comercial. Asimismo, por lo que se refiere a los servicios públicos, la EMT acredita números que aún son un 40% inferiores a los del mismo mes del año pasado, mientras que los aparcamientos soterrados están entre un 22% y un 50% por debajo de los ingresos habituales. Las zonas reguladas de estacionamiento registran aún un descenso de más del 20% en su recaudación.

Los campings: entre el 30% y 50%

Según explica el presidente de los hoteleros de la ciudad, Xavier Jornet, «en un año normal, ahora estaríamos entre un 85% y un 90% de ocupación, ó un 75% si es un año malo». Sin embargo, la media de actividad «es del 25%», una cifra que sería «la de un mal mes de enero», afirma el representante del sector.

Peor van aún las cosas en los campings. Según informó esta semana la Agrupació de Càmpings Tarragona Ciutat, –integrada por los siete establecimientos del término municipal Las Salinas, Platja Llarga, Las Palmeras, Torre de la Móra, Tamarit Beach Resort, Trillas Platja Tamarit i Caledònia– la ocupación de estas instalaciones se sitúa «entre el 30% y el 50%, en función de la dependencia de los mercados internacionales», según indicó el presidente de la entidad, Agustí Peyra, quien reconoció que «estamos en una temporada muy compleja, con ocupaciones muy bajas».

Este descenso en el volumen de pernoctaciones en los hoteles y campings ha comportado también una fuerte caída en las visitas al conjunto patrimonial de la ciudad. Según los datos facilitados por el Ayuntamiento –que no están especificados por monumento– la afectación en el número de visitas ha sido del 60%, una circunstancia que comportará un menoscabo respecto a los 1,2 millones de euros que se ingresaron en 2019 por la venta de entradas. El motivo que esgrimen es la «elevada dependencia del turismo nacional e internacional».

Las heladerías: un 30% menos

Por lo que se refiere a la restauración, la caída ha sido «de un 50%», según indica el presidente de la Associació d’Hostaleria de Tarragona, Javier Escribano. «Al coger menos personal, ahora estamos cubriendo gastos, pero el problema llegará en invierno porque no estamos ahorrando para entonces», afirma el representante del sector hostelero. Escribano se muestra «optimista» de cara a este mes de agosto «si no hay rebrotes», ya que «la gente tiene vacaciones y la ciudad está viva». Sin embargo, el presidente de los hosteleros advierte de que «el punto de inflexión llegará en septiembre, cuando empiecen los colegios y la restauración entre semana caiga en seco». Asimismo, otro de los momentos delicados será «cuando llegue el frío, la gente no quiera estar en la terraza y quiera tomar algo dentro del local. ¿Cómo nos lo haremos para sobrevivir con los aforos limitados por las distancias de seguridad?», se pregunta el representante hostelero. Esta semana también se conocía que las heladerías de la ciudad registran un descenso del 30% respecto al pasado año.

Asimismo, según datos de la Asociación Catalana de la Empresa Familiar del Retail, Comertia, las ventas de esta red han disminuido un 18,6% respecto al mismo mes de 2019. «Nos hizo mucho daño lo del Segrià, en ese momento las ventas cayeron un 15%», afirma el presidente de La Via T, Salvador Minguella, quien resalta que los sectores que están sufriendo más «son el ocio y la ropa», mientras que aguantan la alimentación y la tecnología.

Contrariamente, la cara positiva de julio llega desde la Cambra de la Propietat Urbana, que este mes ha gestionado diez contratos más –545– que los 535 de 2019. El sector inmobiliario vuelve a los índices pre-Covid tras el parón que sufrió entre marzo y mayo. «Prácticamente se ha recuperado el mercado del alquiler, pero los precios han aumentado por un exceso de demanda sobre la oferta de viviendas que hay», afirma el presidente del ente cameral, Agustí Pujol.

Los buses, al 60%

Asimismo, por lo que refiere al transporte público, el mes de julio se cerró con un descenso del 40% respecto a los registros del mismo mes de 2019. Así, según datos facilitados por la EMT, los buses municipales registraron un total de 531.318 viajeros, una cifra que apenas llega al 60% de los 864.412 del año pasado. «Vamos subiendo, pero la falta de turismo se está notando», afirma el presidente de la empresa municipal, Jordi Fortuny, quien revela que este aspecto es especialmente significativo porque «el turista paga un billete sencillo y normalmente no usa abono», por lo que el margen de beneficio para la compañía también se ha visto afectado.

Los aparcamientos soterrados tampoco han recuperado la actividad. Así, la diminución recaudatoria va desde el 23% del parking Saavedra hasta el 45% del de Joan XXIII. Por lo que se refiere al estacionamiento en la vía pública la caída media semanal aún es de un 20% que antes de la Covid.

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