Tras los secretos del lenguaje

Isabel Gibert y Sandra Iglesia, profesoras del Centro de Estudios Hispánicos de la URV, trabajan en la elaboración de un diccionario online para estudiantes chinos

05 abril 2019 08:33 | Actualizado a 05 abril 2019 08:42
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El aprendizaje de idiomas está más de moda que nunca. Lenguas que son necesarias a nivel profesional, para viajar o que se estudian únicamente por el puro placer de cultivarse. Sin embargo,  no todas las personas tienen la misma facilidad a la hora de comunicarse en una nueva lengua, más aún si las culturas de las que parten son diametralmente opuestas. 

Conscientes de ello, Isabel Gibert y Sandra Iglesia investigan cómo mejorar la docencia y este aprendizaje en el aula. Como profesoras del Centro de Estudios Hispánicos de la Universitat Rovira i Virgili (URV), su cometido es adentrar a los alumnos en los secretos de la lengua castellana, estudiantes de todas las nacionalidades imaginables, pero especialmente de origen chino. 

Con la finalidad de allanarles el camino, ambas profesionales trabajan desde 2016 en la elaboración de un diccionario de español para estudiantes chinos, dentro del grupo de investigación en Lexicografía y Enseñanza de Lenguas Extranjeras (LEXELE), del Departamento de Filologías Románicas, del que es investigadora principal la doctora Maria Bargalló. 

«El mejor aliciente es tener un alumno incapaz de decir ‘hola’ al llegar y que al final del curso mantenga una conversación»

Se trata de un proyecto dirigido a un nivel intermedio «B1-B2» y que va más allá del diccionario tradicional. «Cualquier alumno extranjero que quiera aprender una unidad léxica necesita algo más que una definición, como información cultural o pragmática», explican Sandra e Isabel. Para elaborarlo han ido a la fuente. Es decir, a sus propios pupilos. «Les hemos preguntado directamente qué tipo de información es más importante para ellos, qué les ayuda más y qué podría no aparecer». Y acorde a los nuevos tiempos, «tendrá un formato digital o app, sin los problemas de espacio de un volumen de papel». 

La lengua en contexto
Si lingüística y cultura van de la mano, entonces ¿es más difícil para un estudiante chino aprender el español? «Cuanto más diferente es la lengua, más difícil es aprenderla, pero también entran en juego otras variables como el número de idiomas que el alumno ya conozca», puntualizan. «Su mayor dificultad es la expresión, ya sea oral o escrita. Han practicado mucho los conocimientos de gramática pero no los han aplicado a las diversas situaciones en las que se tienen que comunicar, que es lo que sería la pragmática», señalan. 

«La tecnología es una ayuda muy importante, pero al final la clase es un elemento de socialización»

Paradójicamente, «lo que más les fascina son las frases hechas y los refranes». Pero todo tiene una explicación. «Ellos son muy metafóricos. Su idioma tiene mucho sentido figurado por lo que todo lo que pueden unir con su conocimiento anterior les encanta». Bajo esta premisa, este próximo Sant Jordi celebrarán la segunda edición de un concurso de poemas en lengua española. Historias en Instagram con nativos es otra de las propuestas para ‘invitarles’ a hablar. 

Por otra parte, estas nuevas tecnologías aplicadas a la docencia también son foco de investigación de Sandra e Isabel, «sobre todo a través del móvil». En este sentido, utilizaron el WhatsApp para examinar «cómo podían aprender estudiantes australianos de español la intercultura, la cultura española y la pragmática, y trabajamos también con los alumnos del máster universitario, que actuaban como docentes». Y a pesar de que todavía están en fase de análisis, los primeros resultados apuntan a que no todo el mundo se siente cómodo con las TIC. «Planteamos una propuesta que les resultara familiar y rápida de utilizar, pero algunos alumnos no acaban de separar lo que es la obligación de la clase con el uso del móvil», revelan.

«Los estudiantes de origen chino son muy metafóricos. Su idioma tiene mucho sentido figurado»

Apps, Moodle, cursos online, gamificación... ¿Cómo afecta todo ello a la enseñanza de idiomas? «Es una ayuda muy importante», aseveran, «pero la tecnología la programa alguien. La clase, al final, es un elemento de socialización y cuando aprendes un idioma, la afectividad es lo más importante», defienden. 

Sandra e Isabel se complementan tanto en docencia como en investigación. Enseñan, pero también se enriquecen. «Sabemos muchísimas cosas de un montón de países sin haber estado allí. Te lo transmiten los estudiantes, y en definitiva, el mejor aliciente es tener un alumno que cuando llega es incapaz de decir «hola» y que al acabar el curso puedas tener una conversación con él en español», concluyen.

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