¿Y si la muerte te llega una y otra vez?

Nadia (Natasha Lyonne) está a tope celebrando su treinta y seis cumpleaños en el piso de una de sus mejores amigas dándolo todo. Va al baño, se observa fijamente en el espejo y sale tras escuchar cómo golpean la puerta insistentemente para entrar. Después de mantener una breve conversación con sus amigos abandona la fiesta acompañada buscando seguir la juerga en su casa pero de pronto al cruzar la calle un coche la atropella y muere.

Que no cunda el pánico, he dicho antes que la serie es breve pero no tanto.

Nadia aparece de nuevo en el mismo cuarto de baño del piso de su amiga, delante del mismo espejo y escuchando los mismos golpes en la puerta y la misma canción al salir (esta canción se te va a meter en el cerebro a fuego). ¿Qué ha pasado? ¿Ha salido de un mal sueño? ¿Le ha dado demasiado al alcohol y a las drogas? Puede que sí.

Desconcertada, sale del baño y vuelve a mantener prácticamente la misma conversación con sus amigos y se va de la fiesta.

Tranquilos, esta vez nadie la atropella. Tropieza, cae por las escaleras y muere... Y de nuevo aparece delante del espejo del cuarto de baño.

Y así entra en un bucle continuo de muerte y resurrección sin que Nadia entienda qué demonios está pasando.

El día de la marmota
A partir de este momento Nadia hace todo lo posible para evitar que la noche termine con el ya conocido fatal desenlace y aunque a veces parece que lo consigue, ¡zas! la muerte la está esperando en la siguiente esquina.

Muñeca rusa es una comedia negra donde nos muestran al personaje de Nadia como una mujer que trabaja desde su casa como desarrolladora de videojuegos,  bebedora, fumadora y promiscua, con un vocabulario soez y que vive la vida dentro de un continuo exceso.

Segunda temporada. La cocreadora Leslye Headland reveló que ‘Muñeca rusa’ fue concebida como una serie de tres entregas. Veremos si Netflix apuesta por renovarla tras su éxito de crítica y audiencia.

Es probable que durante casi la totalidad del primer capítulo Nadia nos caiga hasta mal pero eso solo va a ser al comienzo.

Conforme vaya avanzando la trama nuestra protagonista irá mostrándonos cómo ha llegado a ser como es y porqué tiene esta actitud frente a la vida, una vida que ha sido mucho más traumática de lo que en principio parece.

En este proceso de intentar no morir cada vez el día de su treinta y seis cumpleaños Nadia va desmontando su vida cual matrioska rusa y vamos conociendo a las personas que forman su círculo familiar y de amistad.

Personas muy peculiares que conforman un zoo curioso de personajes que ayudan a enriquecer la serie con sus aportaciones. Desde la amiga pija propietaria del piso donde se celebra la fiesta, que vive en la zona más chic de New York, hasta el tendero de la tienda del barrio, pasando por la tía de Nadia que es terapeuta y que ha criado a Nadia desde pequeña.

A raíz de la aparición de Alan, un nuevo e importantísimo personaje en el capítulo cuatro (no haré spoilers) la serie adquiere otra dimensión todavía más interesante y a partir de aquí la trama adquiere velocidad de crucero y no va a parar hasta el último capítulo con un final como poco curioso y sobrevtodo soberbio en su ejecución.

Las creadoras de Muñeca rusa Amy Poehler, Leslye Headland y la propia Natasha Lyonne, han ideado para Netflix una serie que con solo ocho capítulos de poco más de veinticinco minutos consiguen darle un montón de sentido del humor a la hora de matar a la protagonista y entre muerte y muerte vamos a ir desglosándola y viendo su interior como si de una muñeca rusa se tratara.

Es una serie ideal para ver del tirón y que nos va a hacer pasar un muy buen rato.