Unas 200 personas se han reunido este mediodía en Tarragona para formar una cadena humana entre las playas de la Arrabassada y la Savinosa. La acción, organizada por las plataformas Salvem la Savinosa y SOS Costa i Camp de Tarragona, tiene como objetivo expresar su rechazo al proyecto de construcción de un futuro camino de ronda que busca conectar estas dos playas, un proyecto que consideran perjudicial para el entorno natural de la zona.
La portavoz de ambas plataformas, Lola Paniagua, ha sido contundente: “Queremos que el litoral tarraconense continúe siendo igual de bonito, salvaje y natural como lo es ahora”. Según Paniagua, la pista proyectada, que tendrá cinco metros de ancho y una longitud de 700 metros, no cumple con la idea de un camino de ronda tradicional. “No es un camino de ronda, sino un verdadero paseo marítimo”, ha añadido, subrayando que esta infraestructura transformará el carácter natural del lugar, convirtiéndolo en un espacio urbano.
Este camino, cuya construcción está prevista para comenzar el próximo año, ha generado un importante debate en la ciudad. Para muchos vecinos y activistas medioambientales, el litoral de Tarragona debe ser preservado en su estado natural. La cadena humana de hoy es la decimotercera que la entidad ha organizado desde 2005 con el objetivo de proteger esta franja costera de la urbanización y de las intervenciones que consideran agresivas para el medio ambiente.
La oposición al proyecto también se fundamenta en el impacto que una infraestructura de estas características podría tener sobre la biodiversidad local. La costa entre la Arrabassada y la Savinosa alberga varias especies de flora y fauna que podrían verse afectadas por el aumento del tránsito humano y la transformación del terreno. Los defensores del proyecto, por otro lado, argumentan que la iniciativa permitirá mejorar el acceso y la conexión entre ambas playas, fomentando el turismo y facilitando los desplazamientos.
A pesar de ello, los organizadores de la cadena humana han insistido en la necesidad de encontrar alternativas que permitan una conexión sostenible y respetuosa con el entorno. Según indican, hay otras maneras de promover el acceso al litoral sin sacrificar su carácter salvaje y sin convertir un entorno natural en una zona urbanizada.
El debate sigue abierto, y tanto las plataformas ciudadanas como las autoridades locales deberán encontrar un punto de equilibrio entre el desarrollo turístico y la conservación del patrimonio natural. Mientras tanto, la población tarraconense sigue movilizándose para defender lo que consideran un tesoro de la ciudad: su costa natural e inalterada.